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¿Qué son realmente las vírgenes insensatas?

Versículos bíblicos como referencia:
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas […] Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo […] Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’ Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan.’ Pero las prudentes respondieron, diciendo: ‘No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para vosotras; id más bien a los que venden y comprad para vosotras.’ Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ‘Señor, señor, ábrenos.’ Pero respondiendo él, dijo: ‘En verdad os digo que no os conozco’” (Mateo 25:1-3, 5-12).
Al oir oireis, y no entendereis; y viendo vereis, y no percibireis; porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oidos; y sus ojos han cerrado, no sea que vean con los ojos, y oigan con los oidos, y entiendan con el corazon, y se conviertan, y yo los sane” (Mateo 13:14-15).
¿Qué son realmente las vírgenes insensatas?
Palabras clásicas de Dios:
‘El que puede oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’. ¿Habéis oído ahora las palabras del Espíritu Santo? Las palabras de Dios han venido sobre vosotros. ¿Las oís? Dios realiza la obra de la palabra en los últimos días, y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras del Dios encarnado hoy. Hay muchos hombres absurdos que creen que las palabras del Espíritu Santo deberían descender de los cielos a los oídos del hombre. Cualquiera que piense de esta forma no conoce la obra de Dios. […] Los que rechazan a Dios hecho carne son los que no conocen el Espíritu ni los principios por los que Dios obra. Los que creen que ahora es la era del Espíritu Santo pero no aceptan Su nueva obra son aquellos que viven en una fe confusa. Ese tipo de hombres nunca recibirá la obra del Espíritu Santo. Los que sólo desean que el Espíritu Santo hable directamente y realice Su obra, pero no aceptan las palabras o la obra del Dios encarnado, ¡nunca serán capaces de entrar en la nueva era ni de recibir la salvación completa de Dios!”.
de “¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?”
Los que no siguen la obra presente del Espíritu Santo, no han entrado en la obra de las palabras de Dios y, no importa cuánto trabajen o cuán grande sea su sufrimiento o cuánto corran, nada de esto quiere decir algo para Dios y Él no los elogiará. En la actualidad, todos los que siguen las palabras actuales de Dios están en la corriente del Espíritu Santo; los que son extraños a las palabras actuales de Dios están fuera de la corriente del Espíritu Santo y a tales personas Dios no las elogia. El servicio que está divorciado de las declaraciones actuales del Espíritu Santo es un servicio que es de la carne y de las concepciones y no puede estar de acuerdo con la voluntad de Dios. Si las personas viven entre las concepciones religiosas, entonces no pueden hacer nada que sea digno de la voluntad de Dios y aunque sirvan a Dios, sirven en medio de su imaginación y de sus concepciones y son totalmente incapaces de servir de acuerdo con la voluntad de Dios. Los que no pueden seguir la obra del Espíritu Santo no entienden la voluntad de Dios y los que no entienden la voluntad de Dios no pueden servir a Dios. Dios quiere un servicio que sea conforme a Su corazón; no quiere un servicio que sea de las concepciones y de la carne. Si las personas no pueden seguir los pasos de la obra del Espíritu Santo, entonces viven en medio de concepciones y el servicio de tales personas interrumpe y perturba. Tal servicio va en contra de Dios y así, los que no son capaces de seguir las pisadas de Dios no pueden servir a Dios; los que no pueden seguir las pisadas de Dios con mucha seguridad se oponen a Dios y no son compatibles con Dios. […] A los que la obra del Espíritu Santo elimina son personas que no son capaces de seguir la última obra de Dios y que se rebelan contra la última obra de Dios. Que esa gente abiertamente se oponga a Dios se debe a que Dios ha hecho una nueva obra y a que la imagen de Dios no es la misma a la que tiene en sus concepciones, como resultado de esto abiertamente se opone a Dios y pronuncia una sentencia contra Él, lo que la lleva a que Dios la aborrezca y la rechace. Tener el conocimiento de la última obra de Dios no es una tarea fácil, pero si la gente puede, de manera intencional, obedecer la obra de Dios y puede buscar la obra de Dios, entonces tendrá la oportunidad de ver a Dios y tendrá la oportunidad de obtener la nueva guía del Espíritu Santo. Los que de manera intencional se oponen a la obra de Dios no pueden recibir la iluminación del Espíritu Santo o la guía de Dios; por lo tanto, que la gente pueda o no recibir la última obra de Dios depende de la gracia de Dios, depende de su búsqueda y depende de sus intenciones”.
de “Conoce la nueva obra de Dios y sigue las pisadas de Dios”
El objetivo de la aparición de Dios, libre de las limitaciones de cualquier especie o país, es para que Él sea capaz de completar la obra de Su plan. Por ejemplo, cuando Dios se hizo carne en Judea, Su objetivo fue completar la obra de la crucifixión para redimir a toda la humanidad. Sin embargo, los judíos creyeron que era imposible que Dios hiciera esto, y pensaron que era imposible que Dios se hiciera carne y asumiera la forma del Señor Jesús. Su ‘imposible’ se convirtió en la base por medio de la cual condenaron a Dios y se opusieron a Él y, finalmente, ello llevó a la destrucción de Israel. Hoy en día, muchas personas han cometido tal error. Proclaman sin restricciones la inminente aparición de Dios, sin embargo, también condenan Su aparición; su ‘imposible’ una vez más confina la aparición de Dios dentro de los límites de su imaginación. Y así he visto a mucha gente caerse de la risa al toparse con las palabras de Dios. ¿Acaso es esta ‘risa’ diferente a la condena y blasfemia de los judíos? No sois devotos en enfrentar la verdad y mucho menos anheláis la verdad. Sólo estudiáis a ciegas y esperáis con indiferencia. ¿Qué podéis ganar de estudiar y esperar así? ¿Podéis recibir la guía personal de Dios? Si no puedes discernir las declaraciones de Dios, ¿cómo puedes estar calificado para presenciar la aparición de Dios? Donde Dios aparece, ahí está la expresión de la verdad y ahí está la voz de Dios. Sólo los que pueden aceptar la verdad pueden escuchar la voz de Dios y están calificados para presenciar la aparición de Dios”.
de “La aparición de Dios ha traído una nueva época”
Todos los hombres desean tener a Dios, pero son incapaces de tolerar algún cambio en Su obra. Los que no aceptan la nueva obra de Dios creen que esta es inmutable, y que siempre permanece estancada. En su creencia, todo lo que se necesita para obtener la salvación eterna de Dios es guardar la ley, y si se arrepienten y confiesan sus pecados, el corazón de Dios estará satisfecho para siempre. Opinan que Dios sólo puede ser el Dios bajo la ley y el que fue clavado en la cruz por el hombre; piensan asimismo, que Dios no debería, no puede, sobrepasar la Biblia. Son precisamente estas opiniones las que los han encadenado firmemente a la antigua ley y los han mantenido coartados por rígidas regulaciones. Además, muchos más creen que cualquiera que sea la nueva obra de Dios, esta debe corroborarse con profecías, y que en cada etapa de la misma, todos los que le siguen con un corazón sincero también deben recibir revelaciones, o de lo contrario esa obra no podría ser de Dios. Ya no es una tarea fácil que el hombre llegue a conocer a Dios. Sumado a su absurdo corazón y a su naturaleza rebelde de prepotencia y engreimiento, le resulta muy difícil aceptar la nueva obra de Dios. No la estudia con detenimiento ni la acepta con humildad, sino que adopta una actitud de desprecio, esperando las revelaciones y la guía de Dios. ¿No es esta la conducta de un hombre que se rebela contra Dios y se opone a Él? ¿Cómo pueden obtener esos hombres la aprobación de Dios?”.
de “¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?”
Hoy, el Creador guía de nuevo, personalmente, a todas las personas y hace que todas las personas vean Su sabiduría, Su omnipotencia, Su salvación y lo maravilloso que es. Sin embargo, sigues sin ser consciente y sin entender; ¿no eres tú, pues, quien no recibirá la salvación? Los que pertenecen a Satanás no entienden las palabras de Dios, y los que pertenecen a Dios pueden oír Su voz. Todos los que son conscientes de las palabras que hablo y las entienden son los que se salvarán, y darán testimonio de Dios; todos aquellos que no entienden las palabras que hablo no pueden dar testimonio de Él, y son los que serán eliminados”.
de “Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios”
Los cristianos alrededor del mundo que no han mantenido el paso con la nueva obra de la actualidad, todos se aferran a la creencia de que ellos son los afortunados, que Dios cumplirá cada uno de sus deseos. Pero no pueden decir con certeza porqué Dios los llevará al tercer cielo ni tampoco están seguros de cómo vendrá Jesús para llevarlos cuando venga en una nube blanca, mucho menos pueden decir con absoluta certeza si Jesús realmente llegará en una nube blanca en el día que se imaginan. Todos están ansiosos y muy confundidos; ellos mismos ni siquiera saben si Dios arrebatará a cada uno de ellos, la diversidad de pequeños puñados de personas de cada denominación que aclaman. La obra que Dios realiza ahora, en la era presente, la voluntad de Dios, no entienden nada de esto y no pueden hacer nada sino contar los días con sus dedos. Sólo los que siguen las pisadas del Cordero hasta el final pueden obtener la bendición final, mientras que esas personas listas, que no son capaces de seguir hasta el final pero creen que han ganado todo, no pueden ser testigos de la aparición de Dios. Todos creen que son la persona más lista de la tierra e interrumpen el desarrollo continuo de la obra de Dios sin ninguna razón en lo absoluto, y parecen creer con absoluta certeza que Dios los llevará al cielo, ellos que ‘tienen la mayor lealtad a Dios, que siguen a Dios y acatan las palabras de Dios’. Aunque tengan la ‘mayor lealtad’ hacia las palabras que Dios habla, sus palabras y acciones se siguen sintiendo tan repugnantes porque se oponen a la obra del Espíritu Santo y andan con astucia y cometen el mal. Los que no siguen hasta el final, que no mantienen el paso con la obra del Espíritu Santo, y que sólo se aferran a la antigua obra, no sólo han fallado en lograr la lealtad a Dios sino que, por el contrario, se han vuelto los que se oponen a Dios, se han vuelto los que la nueva era rechaza y que serán castigados. ¿Hay alguien más digno de compasión que ellos?”.
de “La obra de Dios y la práctica del hombre”
Scripture quotations taken from www.LBLA.com . Copyright by The Lockman Foundation.

¿Cómo oyen la voz de Dios y reciben al Señor las vírgenes prudentes?

Versículos bíblicos como referencia:
Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).
Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3).
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados” (Mateo 5:6).
Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mateo 5:8).
¿Cómo oyen la voz de Dios y reciben al Señor las vírgenes prudentes?
Palabras clásicas de Dios:
Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su esencia, y aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su expresión. Haciéndose carne, Dios traerá la obra que debe hacer, y haciéndose carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida, y de mostrarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios seguramente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Para investigar si es la carne encarnada de Dios, el hombre debe determinarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, si es o no la carne encarnada de Dios, y si es o no el camino verdadero, debe discernirse a partir de Su esencia. Y así, para determinar[a] si es o no la carne de Dios encarnado, la clave está en prestar atención a Su esencia (Su obra, Sus palabras, Su carácter, y mucho más), en lugar de fijarse en Su apariencia exterior. Si el hombre sólo ve Su apariencia exterior, y pasa por alto Su esencia, demostrará la ignorancia y la ingenuidad del hombre”.
de “Prefacio”
Por todo el universo estoy llevando a cabo Mi obra, y en el Este, estallidos atronadores sucederán en una secuencia sin fin, sacudiendo a todas las denominaciones y grupos. Es Mi voz que ha traído a todos los hombres al presente. Provoco que todas las personas sean conquistadas por Mi voz, que caigan dentro de esta corriente y que se sometan ante Mí, porque hace mucho tiempo he retirado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido de nuevo en el Este. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no añora Mi belleza? ¿Quién no vendrá a la luz? ¿Quién no verá la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz debe difundirse sobre toda la tierra; deseo hablar más a Mi pueblo elegido. Como los truenos poderosos que hacen temblar las montañas y los ríos, Yo hablo a todo el universo y a la humanidad. De ahí que Mis palabras se conviertan en un tesoro para el hombre, y todas las personas las estimen. Los relámpagos alumbran desde el Oriente hasta el Occidente. Mis palabras son tales que el hombre detesta renunciar a ellas y las encuentra insondables, pero lo que es más, el hombre se regocija en ellas. Como un bebé recién nacido, todas las personas están contentas y alegres, celebrando Mi venida. A causa de Mi voz, traeré a todas las personas ante Mí. A partir de ese instante, entraré formalmente entre las personas para que ellas vengan a adorarme. La gloria que emano y Mis palabras causan que todas las personas comparezcan ante Mí y vean que los relámpagos alumbran desde el Oriente, y que también he descendido sobre el ‘monte de los Olivos’ del Oriente. Verán que por largo tiempo ya he estado en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del Oriente. Porque hace ya mucho que he resucitado, que he desaparecido de entre las personas y luego reaparecido entre los hombres con gloria. Yo soy Aquel que ha sido adorado por eras innumerables antes que ahora, y también soy el niño abandonado por los israelitas por eras innumerables antes que ahora. Más aún, ¡Yo soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era presente! Que todos vengan ante Mi trono para ver Mi rostro glorioso, escuchar Mi voz y ver Mis obras. Esto es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan y también el propósito de Mi gestión. ¡Que cada nación me adore, toda lengua me reconozca, cada hombre confíe en Mí y toda la gente se someta a Mí!”.
de “El repique de los siete truenos: profetizando que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo”
Cuando vuelvo Mi rostro al universo para hablar, toda la humanidad oye Mi voz, y ve inmediatamente todas las obras que en todo el universo Yo he forjado. Los que van en contra de Mi voluntad, es decir, los que se oponen a Mí con los hechos del hombre, caerán bajo Mi castigo. Yo tomaré las numerosísimas estrellas de los cielos y las haré de nuevo; gracias a Mí el sol y la luna serán renovados, los cielos ya no serán más como eran; las innumerables cosas sobre la tierra serán renovadas. Todas serán completadas por medio de Mis palabras. Las muchas naciones del universo serán divididas de nuevo y sustituidas por la mía, de forma que las naciones sobre la tierra desaparecerán para siempre y serán una sola que me adore; todas las naciones de la tierra serán destruidas, y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los pertenecientes al diablo serán exterminados; Mi fuego ardiente abatirá a todos los que adoran a Satanás, es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, el resto quedará reducido a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo religioso regresarán en grados diferentes a Mi reino, conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del Santo cabalgando sobre una nube blanca. Toda la humanidad seguirá a su propia especie, y recibirá castigos que variarán según lo que hayan hecho. Todos los que se han levantado contra Mí perecerán; en cuanto a aquellos cuyos hechos sobre la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en la tierra bajo el gobierno de Mis hijos y Mi pueblo gracias a cómo se han absuelto ellos mismos. Yo me revelaré a las innumerables personas y naciones, resonando con Mi propia voz sobre la tierra para proclamar la terminación de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus propios ojos”.
de “La vigésima sexta declaración” de Las Declaraciones de Dios al Universo entero”
[…] la autoridad y la identidad de Dios se revelan con claridad en el lenguaje de Sus afirmaciones. Por ejemplo, cuando Él declara: ‘Mi pacto es contigo, y serás… te he hecho… te haré…’, frases como ‘tú serás’ y ‘Yo haré’, cuyo lenguaje conlleva la afirmación de la identidad y la autoridad de Dios, son, en un aspecto, un indicativo de la fidelidad del Creador y en otro, palabras especiales usadas por Dios, quien posee la identidad del Creador, y que a la vez forman parte del vocabulario convencional. […]
[…] La boca de Dios pronunció estas palabras, y en ellas hay poder, majestad y autoridad. Este poder y esta autoridad, así como la inevitabilidad del cumplimiento del hecho, son inalcanzables e insuperables para cualquier ser creado o no creado. Sólo el Creador puede conversar con la humanidad usando semejante tono y entonación, y los hechos han demostrado que Sus promesas no son palabras vacías ni alardes inútiles, sino la expresión de la autoridad única e insuperable por cualquier persona, cosa, u objeto.
[…] Cuando palabras como estas salen de la boca de Dios, son una revelación y una expresión de Su verdadero carácter; una revelación y una manifestación perfectas de la esencia y la autoridad de Dios, y no hay nada más apropiado y adecuado como prueba de la identidad del Creador. La forma, el tono y el lenguaje de tales afirmaciones son precisamente la marca de Su identidad, y se corresponden perfectamente con la expresión de la propia identidad de Dios; en ellas no hay fingimiento ni impureza; son, completa y totalmente, la demostración perfecta de la esencia y la autoridad del Creador”.
de “Dios mismo, el único I”
La palabra de Dios es, en realidad, una expresión del carácter de Dios. En Su palabra podemos ver Su amor por la humanidad, Su salvación de la humanidad y la forma en que Él salva a las personas… porque es Dios quien expresa Su palabra en oposición al hecho de que Dios usó al hombre para escribirla. Dios la expresa personalmente. Dios mismo expresa Sus propias palabras y Su voz interna. ¿Por qué las definimos como palabras sinceras? Porque se emiten desde muy adentro, expresan Su carácter, Su voluntad, Sus pensamientos, Su amor por la humanidad, Su salvación de la humanidad y Sus expectativas respecto a la humanidad. Entre las palabras de Dios hay palabras graves, amables y suaves, algunas consideradas y otras reveladoras que son crueles. Si sólo consideras las palabras reveladoras, sientes que Dios es bastante severo. Si sólo examinas el lado amable y suave, Dios parece no tener mucha autoridad. Por tanto, en esto no debes entender las cosas fuera de contexto. Debes contemplarlas desde todos los ángulos. A veces Dios habla desde una perspectiva amable y compasiva, y las personas ven Su amor por la humanidad; en ocasiones, Él habla desde una perspectiva estricta y las personas ven el carácter de Dios que no puede ser ofendido. El hombre es deplorablemente sucio y no es digno de ver el rostro de Dios ni de presentarse delante de Él. Que las personas vengan ahora delante de Dios es puramente por Su gracia. La sabiduría de Dios puede verse en la forma en que Él obra y en el significado de Su obra. Aunque las personas no entren en contacto con Dios, siguen siendo capaces de ver estas cosas en Su palabra”.
de ‘Conocimiento de la encarnación’ en “Registros de las pláticas de Cristo
En esta ocasión, Dios no viene a llevar a cabo la obra en un cuerpo espiritual, sino en uno muy ordinario. No sólo es el cuerpo de la segunda encarnación de Dios, sino también el cuerpo en el que Él vuelve. Es una carne muy corriente. En Él, no puedes ver nada diferente de los demás, pero puedes recibir de Él las verdades que nunca antes has oído. Esta carne insignificante es la materialización de todas las palabras de la verdad de Dios, la que emprende Su obra en los últimos días, y una expresión de todo el carácter de Dios para que el hombre llegue a conocerlo. ¿No deseabas en gran manera ver al Dios del cielo? ¿No deseabas en gran manera entender al Dios del cielo? ¿No deseabas en gran manera ver el destino de la humanidad? Él te contará todos estos secretos que ningún hombre ha sido capaz de contarte y Él te hablará incluso de las verdades que no entiendes. Él es tu puerta al reino y tu guía a la nueva era. Una carne tan corriente contiene muchos misterios insondables. Sus hechos pueden ser inescrutables para ti, pero el objetivo de toda la obra que Él realiza es suficiente para que veas que Él no es una simple carne como el hombre cree. Y es que Él representa la voluntad de Dios, así como el cuidado mostrado por este hacia la humanidad en los últimos días. Aunque no puedas oír las palabras que Él habla, que parecen sacudir los cielos y la tierra, o ver Sus ojos como llamas abrasadoras, y aunque no puedas sentir la disciplina de Su vara de hierro, sí puedes percibir en Sus palabras la furia de Dios y saber que Él muestra compasión por la humanidad; puedes ver Su carácter justo y Su sabiduría, y darte cuenta además de la preocupación y del cuidado que Él tiene por toda la humanidad”.
de “¿Sabes? Dios ha hecho algo grande entre los hombres”
Y sin embargo es esta persona ordinaria, que está escondida entre las personas, la que está haciendo la nueva obra de salvarnos. Él no nos aclara nada, ni nos dice por qué ha venido. Él sólo hace por pasos la obra que tiene la intención de hacer, y de acuerdo a Su plan. Sus palabras y declaraciones cada vez se hacen más frecuentes. De consolar, exhortar, recordar y advertir a reprochar y disciplinar; de un tono gentil y amable, a palabras que son temibles y majestuosas, todo infunde tanto compasión como estremecimiento en el hombre. Todo lo que dice tiene un fuerte efecto en los secretos que están profundamente escondidos dentro de nosotros; Sus palabras lastiman nuestros corazones, nuestros espíritus, y nos dejan avergonzados y humillados. […]
Sin que nosotros lo sepamos, este hombre insignificante nos ha llevado paso a paso en la obra de Dios. Sufrimos un sinnúmero de pruebas, somos sujetos a innumerables castigos y probados por la muerte. Aprendemos del carácter justo y majestuoso de Dios; disfrutamos, también, Su amor y compasión, y llegamos a valorar el gran poder y sabiduría de Dios; somos testigos de la hermosura de Dios y contemplamos el deseo ansioso de Dios de salvar al hombre. En las palabras de esta persona ordinaria, llegamos a conocer el carácter y la esencia de Dios, llegamos a entender la voluntad de Dios, llegamos a conocer la naturaleza y la esencia del hombre, y vemos el camino de salvación y perfección. Sus palabras nos hacen morir y nos hacen volver a nacer; Sus palabras nos dan consuelo, pero también nos atormentan con la culpa y un sentimiento de deuda; Sus palabras nos dan alegría y paz, pero también nos causan gran dolor. A veces somos como ovejas al matadero en Sus manos; a veces somos como la niña de Sus ojos y gozamos Su amor y afecto; a veces somos como Sus enemigos, convertidos en ceniza por Su ira en Sus ojos. Somos la humanidad que Él salvó; somos gusanos a Sus ojos, y somos los corderos perdidos que piensa noche y día encontrar. Él es misericordioso con nosotros, nos desprecia, nos levanta, nos consuela y nos exhorta, nos guía, nos esclarece, nos castiga y nos disciplina, y hasta nos maldice. Se preocupa por nosotros noche y día, nos protege y cuida de nosotros noche y día, nunca se aparta de nuestro lado, nos dedica todo Su cuidado y paga cualquier precio por nosotros. Con las palabras de esta pequeña carne ordinaria, hemos gozado la totalidad de Dios y contemplado el destino que Dios nos ha concedido. […]
La declaración de Dios continúa, y Él emplea varios métodos y perspectivas para advertirnos qué hacer y expresar la voz de Su corazón. Sus palabras llevan la energía de la vida y nos muestran el camino que debemos caminar y nos permiten entender cuál es la verdad. Empezamos a ser atraídos a Sus palabras, comenzamos a enfocarnos en el tono y la manera en la que habla, y subconscientemente comenzamos a tener un interés en la voz del corazón de esta persona que no tiene nada de especial. Hace esfuerzos meticulosos por nosotros, pierde el sueño y el apetito por nosotros, llora por nosotros, suspira por nosotros, se queja en la enfermedad por nosotros, sufre humillación por el bien de nuestro destino y salvación, y Su corazón sangra y derrama lágrimas por nuestra insensibilidad y rebeldía. Tal ser y tales posesiones están más allá de una persona ordinaria; ninguno de los corruptos las puede poseer o conseguir. Tiene una tolerancia y paciencia que ninguna persona ordinaria posee, y Su amor no lo posee ningún ser creado. Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener tal conocimiento de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar entre nosotros como lo puede este en nombre del Dios del cielo. Nadie excepto Él posee la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie excepto Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie excepto Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie excepto Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios y expresa la voz del corazón de Dios, las exhortaciones de Dios y las palabras de juicio de Dios hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha traído un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, y ha puesto fin a la vida que llevábamos en la imprecisión, y nos permitió contemplar plenamente el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestros corazones. De ese momento en adelante nuestras mentes se hacen conscientes y nuestros espíritus parecen ser revividos: esta persona ordinaria e insignificante, que vive entre nosotros y que nosotros hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es el Señor Jesús, quien siempre está en nuestros pensamientos, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida! Él nos ha permitido que vivamos otra vez, que veamos la luz, y ha detenido nuestros corazones errantes. Hemos regresado a la casa de Dios, hemos regresado ante Su trono, estamos cara a cara con Él, hemos presenciado Su rostro, y hemos visto el camino que está por delante. Ahora, Él ha conquistado nuestros corazones por completo; ya no dudamos quién es Él, ni nos oponemos a Su obra y Su palabra, y nos postramos completamente ante Él. No queremos otra cosa que seguir las pisadas de Dios por el resto de nuestras vidas, y ser hechos perfectos por Él, y recompensarle por Su gracia, y recompensar Su amor por nosotros, y obedecer Sus órdenes y disposiciones, y cooperar con Su obra, y hacer todo lo que podamos para completar lo que Él nos confíe”.

de “Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo”
Scripture quotations taken from www.LBLA.com . Copyright by The Lockman Foundation.

Sermones y comunión: ¿Qué tienen de prudentes las vírgenes prudentes que reciben al Señor?

Sermones y comunión: ¿Qué tienen de prudentes las vírgenes prudentes que reciben al Señor?

¿Qué tienen de prudentes las vírgenes prudentes que reciben al Señor?
“Durante la Era de la Gracia, Jesús habló de las vírgenes prudentes. ¿De qué trata este misterio? ¿Qué significa el término ‘virgen prudente’? Principalmente, que reconoce la voz de Dios. Al oírla, piensa: ‘¿Por qué creo que las cosas que dice este Hijo del Hombre son las palabras de Dios? ¿Por qué parece que Él tiene la voz de Dios? Estas son cosas que el hombre no puede decir. Esta es la voz de Dios. Por tanto, debo creer en Él. Él es Cristo. Este es Dios encarnado’. Pues mira, por esto es prudente. Ahora bien, ¿por qué son insensatas las vírgenes insensatas? Porque piensan: ‘¿No es este sólo un hombre? ¿No es Jesús de Nazaret? ¿No es simplemente una persona normal? ¿Cómo puede ser Dios? No creeremos en Él. Creemos en el Dios del cielo’. Ya ves que no entienden las cuestiones espirituales, ¿verdad? Estas personas creen que ellas están en lo cierto y que tienen razón. Como resultado, Dios prende a los prudentes en su propia astucia. ¿No eres sabio? ¿No eres una de esas personas que no cree en el hombre? Dios se ha encarnado en la actualidad. Se ha hecho hombre. Si no crees, serás destruido y perecerás. Si piensas que eres listo y prudente, te has engañado a ti mismo”.
de ‘Sólo se salvarán y serán perfeccionados aquellos que cumplan satisfactoriamente con su deber’ en “Sermones y comunión acerca de la entrada a la vida (IX)”.
“El Señor Jesús predijo en la Biblia que en el momento de Su regreso habría dos tipos de personas, Él usó la parábola de las vírgenes prudentes y las vírgenes necias para todos los creyentes en la Era de la Gracia: Todas las personas que sean capaces de oír la voz de Dios, son las vírgenes prudentes; todas las que no sean capaces de oír la voz de Dios, que escuchen y todavía nieguen y no crean, son las vírgenes necias. ¿Creéis vosotros que las vírgenes necias pueden ser arrebatadas? Por supuesto que no, ¿verdad? Entonces, ¿cómo se pueden ser reveladas estas vírgenes necias y las sabias? Usando la palabra de Dios”.
de “Sermones y comunión acerca de la entrada a la vida (serie 133)”
“Quienes son compatibles y de un mismo sentir con Cristo son los pilares del reino de Cristo. Son los que tendrán el poder en el reino de Cristo y, de principio a fin, darán testimonio de Él y lo exaltarán, ¿lo entiendes? (Sí.) ¿Cuál fue la profecía de Jesús durante la Era de la Gracia? ‘Pero a medianoche se oyó un clamor: “Aquí está el novio! Salid a recibirlo”’ (Mateo 25:6). ¿Quiénes van a recibir al novio? Las vírgenes prudentes. Esto es lo que sucederá cuando las vírgenes prudentes vayan a recibir al novio: ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’ (Apocalipsis 3:20). ¿Qué clase de banquete es este? Es el banquete de bodas del Cordero. Aquí, el pasaje habla de ‘bodas’, ‘virgen prudente’ y ‘asistir al banquete’. ¿Es este el lenguaje de la humanidad? Dios utiliza un ejemplo práctico para ilustrar cómo Su pueblo elegido será llevado ante Él para asistir a un banquete. Y bien, por lo que respecta a las vírgenes prudentes, ¿puede decirse que todas las personas que van a recibir el regreso del Señor son mujeres? (No.) Unas son hombres y otras, mujeres. Entonces, ¿por qué se emplea como analogía a las vírgenes prudentes? Es Dios encarnado haciendo uso del lenguaje humano. Es una analogía. Si hablara el Espíritu de Dios, no emplearía estas palabras. No emplearía este lenguaje. Esto lo dijo Jesús. Jesús es Dios encarnado. Él conoce los asuntos del hombre. Ha experimentado muchas situaciones humanas. Por tanto, utiliza los asuntos del hombre como una analogía adecuada para ilustrar la asistencia al banquete en el reino de los cielos. Así es más comprensible para el hombre, ¿verdad? (Sí.) Y bien, ¿qué significa ‘virgen’? ‘Virgen’ se emplea como metáfora para describir la pureza de la fe del hombre. ‘Creo en Dios, lo seguiré a Él y seguiré a Cristo. Me consagraré a Cristo. No pertenezco a ninguna religión ni al mundo secular’. Así es una virgen prudente, ¿de acuerdo? (Sí.) Si perteneces al mundo secular o a una religión, ¿se te puede considerar una virgen? (No.) Si te has casado con varios maestros, no eres una virgen. Si te has casado con un solo maestro, sí lo eres. En este momento, quienes estén consagrados a Cristo pueden considerarse vírgenes. Si te has consagrado exclusivamente a Cristo y lo amas a Él y a nadie más, se te puede considerar una virgen prudente y casta, ¿de acuerdo? (Sí.) ‘Los fieles a Cristo son escasos y aislados’. Así fue en la Era de la Gracia. Hoy en día, en la Era del Reino, Dios quiere formar una clase de personas. En el libro del Apocalipsis se predice que Dios formará a 144 000 vencedores. Estas son personas consagradas a Cristo. Se purifican por medio del juicio ante el trono de Cristo y, al final, se hacen uno con Cristo y lo siguen atentamente. No se saltan un solo paso. Esta es la clase de vencedores que Dios formará en los últimos días”.
de “Sermones y comunión acerca de la entrada a la vida (serie 153)”
Scripture quotations taken from www.LBLA.com . Copyright by The Lockman Foundation.

La mejor educación (Parte 1)

(Educación de los niños)
Liu Ying
Tengo 50 años y desde temprana edad viví en una pobre aldea de montaña, una aldea muy remota y atrasada. Había ocho personas en mi familia: mis abuelos maternos en primer lugar, cuatro hermanos y hermanas, y una sola persona, mi padre, ganando un salario en el equipo de producción. Mi familia era tan pobre, que ni siquiera teníamos suficiente polenta ni pan de maíz para comer. Sentía mucha envidia cuando veía a otros comiendo bollos cocidos al vapor y pensaba, ¿cuándo podré comerlos yo también? ¿Cuándo dejaré de pasar hambre? Mi abuela me animaba diciéndome: “¡Si quieres vivir bien, comer bien e ir bien vestida, tienes que estudiar mucho! Sólo podrás destacar si tienes conocimientos y cultura; más adelante podrás ir a la ciudad y vivir allí sin necesidad de llevar una vida como esta, de cara a la tierra y de espaldas al cielo”. Las palabras de mi abuela se grabaron profundamente en mi corazón. Tomé entonces la determinación de estudiar duro y cambiar mi destino confiando en el conocimiento.

El consejo secreto para resolver el odio

(Dinero, fama y fortuna)
Xiao Wu

Yo era trabajadora autónoma. Principalmente, vendía toda clase de telas, y también hacía ropa para mis clientes a tiempo parcial. Tras algunos años, mi negocio fue volviéndose cada vez más popular y todas las personas a mi alrededor tenían envidia. Más adelante, una casa vecina abrió el mismo tipo de tienda que la mía y se convirtió en mi competidora. Naturalmente, el negocio de mi tienda se vio afectado. El proverbio popular dice que dos de un mismo oficio nunca están de acuerdo, pero mi colega no era simplemente cualquiera, sino mi aprendiza de más confianza, Xiaochen.

A partir del sufrimiento se emite la fragancia del amor

Xiaokai, provincia de Jiangxi
Soy una campesina corriente y, debido al concepto feudal de valorar únicamente a los hijos varones, era incapaz de levantar la cabeza ante los demás por la vergüenza de no haber tenido un hijo. El Señor Jesús me eligió justo cuando más estaba sufriendo y dos años más tarde acepté la salvación de Dios Todopoderoso. Además, entendí mucha verdad de las palabras de Dios Todopoderoso y mi corazón obtuvo una liberación real. Sin embargo, mientras estaba llevando a cabo mi obligación para devolver el amor de Dios, el gobierno del PCCh me arrestó en dos ocasiones y sufrí torturas y tormentos brutales a manos de las marionetas del PCCh. Justo cuando me encontraba al borde de la muerte, las palabras de Dios Todopoderoso me guiaron e inspiraron, provocaron que diera testimonio en medio del cruel mal de Satanás y fortalecieron de este modo mi determinación de seguir a Dios y amarlo durante toda mi vida.

Se debe conocer que sólo las tres etapas de la obra de Dios son Su obra completa para salvar a la humanidad

El discurso de Dios sobre Sus tres etapas de la obra es totalmente adecuado para que veamos claramente que se construye etapa por etapa y que cada etapa está estrechamente relacionada con la siguiente. Todas y cada una de las etapas de la obra son muy prácticas y razonables y sólo son estas tres etapas de la obra las que son la obra completa de salvar a la humanidad y las tres etapas de la obra de Dios son Su plan de gestión para salvar a la humanidad. Es por eso que sólo entendiendo las tres etapas es realmente entender la obra de Dios y sólo de esa manera es posible entender por completo el carácter justo de Dios y Su esencia. Por consiguiente, debemos tener un conocimiento y un entendimiento claros de la esencia y relevancia de cada etapa de la obra de Dios y sólo entonces podemos realmente reconocer que sólo las tres etapas de la obra de Dios son la obra completa de salvar a la humanidad. En cada etapa de la obra de Dios todos nosotros podemos ver claramente cómo Él ha sido victorioso en la guerra contra las fuerzas del mal de Satanás. 

Devocionales cristianos | Caminando por la senda luminosa de la vida

Xie Li, Estados Unidos
Solía ser alguien que perseguía las tendencias del mundo, quería rendirme a una vida de placer y sólo me importaban los placeres de la carne. A menudo pasaba toda la noche en el karaoke con mis amigos, me escapaba en mitad de la noche, salía al océano a pescar y viajaba por todas partes en busca de buena comida. Veía a quienes me rodeaban; ellos también se esforzaban por comer bien, llevar ropa bonita y disfrutar de las cosas buenas. Sentía que estas eran las cosas por las que uno debe trabajar en la vida, que por eso debes trabajar duro para ganar dinero, que este es el objetivo que todos deberían tener en la vida. Sólo con estas cosas la vida no sería en vano. Para obtenerlas, no me importaba la distancia que tuviera que recorrer, así que crucé el océano para venir a Estados Unidos y, después de esforzarme durante varios años, abrí mi propio negocio. Tenía mi propio auto y mi propia casa. Estaba viviendo la vida bendita con la que había soñado. Todos los días comía, bebía y buscaba placeres hasta saciarme y hasta que mi corazón estuviera satisfecho. Pensaba que la vida sólo tenía sentido viviendo de esta manera, y así fue hasta que recibí la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Sólo después de experimentar el juicio y el castigo de Dios me di cuenta de qué es una vida verdaderamente significativa y luego empecé a caminar por la senda luminosa de la vida.

¿Por qué se dice que la humanidad corrupta tiene mayor necesidad de la salvación de Dios hecho carne?

(Pasaje selecto de la Palabra de Dios)

La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne

Dios se hizo carne porque el objeto de Su obra no es el espíritu de Satanás o de cualquier cosa incorpórea, sino el hombre que es de la carne y a quien Satanás ha corrompido. Precisamente porque la carne del hombre ha sido corrompida es que Dios ha hecho al hombre carnal el objeto de Su obra; además, porque el hombre es objeto de la corrupción, ha hecho al hombre el único objeto de Su obra a través de todas las etapas de Su obra de salvación. El hombre es un ser mortal, es de carne y sangre, y Dios es el único que puede salvar al hombre. De esta manera, Dios se debe hacer una carne que posea los mismos atributos que el hombre con el fin de hacer Su obra, para que Su obra pudiera lograr mejores efectos. Dios debe hacerse carne para hacer Su obra justamente porque el hombre es de la carne y es incapaz de vencer el pecado o de despojarse de la carne. 

He seguido los pasos del Cordero

Shen Ai, Singapur
Cuando yo tenía 18 años, mi madre enfermó y por tanto empezó a creer en el Señor Jesús. En ese momento, yo conocía el nombre del Señor Jesús pero no entendía nada sobre la fe en el Señor. Fue una gran coincidencia que más adelante yo fuera a trabajar en una empresa donde la mayoría de los empleados eran cristianos. Al relacionarme con ellos, vi que trataban a las personas con amor y paciencia y llegué a creer que los cristianos eran un grupo de personas bastante buenas. Durante ese período de tiempo, había un colega que con frecuencia me contaba la historia de cómo el Señor Jesús fue clavado en la cruz con el fin de redimir a la humanidad. Desarrollé gradualmente un interés en la fe en el Señor y empecé a ir con mis colegas a su iglesia para adorar. La primera vez que entré en la iglesia y oí himnos de alabanza a Dios, inesperadamente fui conmovida hasta las lágrimas por el amor de Dios. Oré al Señor así: “¡Oh, Señor Jesús! Gracias por elegirme del inmenso océano de la humanidad para convertirme en una de Tus hijas, deseo seguirte eternamente…”. Durante ese período, siempre que me enfrentaba a algunas dificultades en mi vida cotidiana o que mis amigos y familiares se burlaban de mí a causa de mi fe en el Señor, siempre y cuando yo fuera ante el Señor y orara, mi espíritu encontraba un alivio inmenso. Sentía que el Señor Jesús era mi único apoyo en la vida y que nunca dejaría de estar al lado del Señor. En ese momento, mi himno favorito era: “¡Roca, roca, Jesucristo! La salvación no se encuentra en nadie más, porque no hay otro nombre bajo el cielo, sólo Tú eres el salvador. Tú eres el Hijo del Hombre, Tú eres el mediador, Tú eres el hijo de Dios, Tú eres el cordero. Tú eres el camino y la verdad, Tú eres la vida, Tú eres la luz, Tú eres la roca, la fortaleza, la ciudad del refugio y el escudo. Te pertenecemos; nunca seremos sacudidos de generación en generación”. Y así es como confié en el gran poder del Señor y la motivación obtenida de la guía de Sus palabras para superar todas las dificultades y problemas de la vida.

¿Qué es la raíz del dolor de la gente?

Al principio, cuando Dios creó a Adán y Eva, vivían en el Jardín del Edén y Dios estaba con ellos, y vivían bajo Su protección y cuidado. No había dolor ni pena y tampoco había muerte. Pero posteriormente, Adán y Eva fueron tentados por Satanás. Creyeron sus mentiras y traicionaron a Dios, dejaron de obedecerlo y reverenciarlo. Como consecuencia, perdieron el cuidado y la protección de Dios y cayeron bajo el campo de acción de Satanás, que los engañó y les trajo tristeza. A medida que Satanás corrompía aún más a cada siguiente generación de hombres, las personas se olvidaron de Dios y ya no tenían Su palabra en sus corazones.

El Dios verdadero que creó los cielos y la tierra y todas las cosas ¿es uno o tres?

Versículo(s) bíblico(s) para referencia:

“Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras” (Juan 14:8-10).

Apocalipsis Biblia: ¡El nombre de Jesucristo cambiará en los últimos días!


El despertador en mi mesa mostraba que eran las 11:05 p.m. Yo tenía el hábito de que, cada noche antes de acostarme, leía un versículo de las Escrituras. Normalmente, ya habría leído un verso y estaría dormida a esa hora, pero esa noche, un versículo de las Escrituras me había dejado perpleja.


El Apocalipsis 3:12 dice: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo”. Había leído este versículo muchas veces, pero esa noche las palabras “mi nombre nuevo” llamaron mi atención y esto me había dejado perpleja. Reflexioné: ¿“mi nombre nuevo” significa que el Señor Jesús tendrá un nuevo nombre cuando regrese en los últimos días? Sin embargo, en el Libro de Hebreos dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). El nombre del Señor Jesús no puede cambiar. Entonces, ¿qué significan las palabras “mi nombre nuevo” en el Apocalipsis? ¿Podría ser que el nombre del Señor Jesús cambiará cuando Él regrese en los últimos días?
“Tic, tac, tic, tac”, la segunda manecilla de mi reloj despertador giró alrededor del dial. Era mucho más tarde y yo aún no me había dado cuenta. Esta pregunta no debía tomarse a la ligera, pues tenía una relación directa con el importante asunto de mi entrada en el reino celestial. Yo tenía que buscar y entender la respuesta. “Oh Señor, por favor, ilumíname y guíame…”. Oré en silencio con mi corazón y le confié la pregunta al Señor.
Cuando anochecía al día siguiente, recibí de repente una llamada de Wang Fang, una antigua compañera de clase que había estado predicando el evangelio en otras partes de China. Dijo que quería venir a charlar conmigo. Cuando colgué el teléfono, me sentí realmente feliz y pensé: Podré buscar la respuesta a mi pregunta con mi antigua compañera de clase.
Wang Fang y yo estábamos sentadas en el sofá de mi sala y le conté todo sobre las perplejidades en mi corazón.
Después de escuchar, mi antigua compañera de clase me dijo: “Hui Zhen, dices que el nombre de Dios no puede cambiar, así que déjame preguntarte: ¿Cuál es el nombre de Dios en el Antiguo Testamento?”.
Respondí sin la menor duda:
—¡Jehová!
—¿Y cuál es el nombre de Dios en el Nuevo Testamento? —preguntó Wang Fang.
—¡Jesús!
Wang Fang me miró sonriendo y dijo:
“¿Entonces el nombre de Dios no ha cambiado?”.
Me sorprendió la pregunta de Wang Fang. No podía ser… ¿O acaso sí? El nombre de Dios había cambiado del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento, y el nombre Jehová se había convertido en Jesús. Si ese era el caso, entonces el nombre de Dios no era eternamente inmutable…
Sin dejar de sonreír, Wang Fang dijo mientras me miraba: “Hui Zhen, te leeré algunos pasajes y luego entenderás”. Mientras decía esto, sacó su teléfono celular del bolsillo y lo deslizó la pantalla hasta encontrar lo que estaba buscando, y luego leyó: “[…] originalmente, Dios no tenía nombre. Sólo adoptó uno, dos, o muchos, porque tenía una obra que hacer y tenía que gestionar a la humanidad” (“La visión de la obra de Dios (3)”). “‘Jehová’ es el nombre que adopté durante Mi obra en Israel, y significa el Dios de los israelitas (el pueblo escogido de Dios) que puede tener compasión del hombre, maldecirlo, y guiar su vida. Significa el Dios que posee gran poder y está lleno de sabiduría. ‘Jesús’ es Emanuel, y significa la ofrenda por el pecado que está llena de amor, de compasión, y redime al hombre. Él realizó la obra de la Era de la Gracia, y representa la Era de la Gracia, y sólo puede representar una parte del plan de gestión. […] En cada era y etapa de la obra, Mi nombre no carece de base, sino que tiene un significado representativo: cada nombre representa una era. ‘Jehová’ representa la Era de la Ley, y es el título honorífico para el Dios adorado por el pueblo de Israel. ‘Jesús’ representa la Era de la Gracia, y es el nombre del Dios de todos aquellos que fueron redimidos durante la Era de la Gracia” (“El Salvador ya ha regresado en una ‘nube blanca’”).
Wang Fang luego me compartió lo siguiente: “A partir de estos dos pasajes, entendemos que, antes de que Dios comenzara a realizar Su obra para salvar a la humanidad, Él no tenía nombre, sino que era simplemente Dios, el Creador. Después de que la humanidad fue corrompida por Satanás, Dios comenzó Su obra para salvar a la humanidad, y solo entonces tomó un nombre. Dios solo tomó el nombre de Jehová cuando llamó a Moisés para que sacara a los israelitas de Egipto. La Biblia señala, ‘Y dijo Moisés á Dios: He aquí que llego yo á los hijos de Israel, y les digo, El Dios de vuestros padres me ha enviado á vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿qué les responderé? Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros. Y dijo más Dios á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado á vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos’ (Éxodo 3:13-15). A partir de entonces, Dios usó el nombre de Jehová para comenzar la obra de la Era de la Ley, para sacar a los israelitas de Egipto y cruzar el Mar Rojo y guiar sus vidas en el desierto con columnas de nube y fuego. Les dio maná y codornices para comer y usó a Moisés para proclamar Su ley y Sus mandamientos en el Monte Sinaí, y guió a los israelitas de esa época para aprender a vivir en la tierra y adorar a Dios. Quienes acataron la ley y los mandamientos recibieron la bendición de Jehová Dios, y los que violaron la ley y los mandamientos fueron castigados. El nombre Jehová era un nombre específico de la Era de la Ley y representaba el carácter de Dios como misericordiosa y maldiciente al mismo tiempo.
“Al final de la Era de la Ley, el hombre estaba siendo corrompido más y más profundamente por Satanás. Nadie pudo cumplir la ley por más tiempo, y todos estaban en constante peligro de ser condenados a muerte por la ley. Sin embargo, Dios tuvo misericordia del hombre y, para salvar a la humanidad, puso fin a la Era de la Ley en la cual había tomado a Jehová como Su nombre, se encarnó y, con el nombre de Jesús, lanzó la obra de la Era de la Redención. El Señor Jesús predicó dondequiera que iba, diciéndole a la gente que el reino celestial estaba cerca y que debían arrepentirse. También hizo muchos milagros, curando a los leprosos, haciendo que los cojos caminaran, que los ciegos vieran, incluso que los muertos vivieran de nuevo, y así sucesivamente. Mientras la gente siguiera al Señor, aceptara Su redención y orara en Su nombre, sus pecados serían perdonados y la ley ya no los condenaría a muerte. En la Era de la Gracia, el nombre de Dios cambió de Jehová a Jesús, y el carácter expresado por el Señor Jesús es principalmente el amor y la misericordia. Esto nos permite ver que, cada vez que Dios realiza una nueva etapa de obra y comienza una nueva era, cambia Su nombre y adopta uno que posee un significado de época para representar la obra que realiza en esa era y expresar Su carácter en ella”.
Asentí y dije: “¡Ah, entonces el nombre de Dios cambia junto con Su obra! Un nombre sólo puede representar una era y una etapa de la obra de Dios. La era cambia, la obra de Dios cambia, y el nombre de Dios cambia junto con esto. Jehová fue el nombre específico de la Era de la Ley, y Jesús fue el nombre que Dios adoptó en la Era de la Gracia cuando estaba realizando Su obra de redención. Dios cambió Su nombre de Jehová a Jesús porque las personas al final de la Era de la Ley ya no podían cumplir la ley, y fue solo cuando Dios iba a realizar Su obra para redimir a la humanidad en la Era de la Gracia que Él cambió Su nombre. ¿He entendido esto bien, Wang Fang?”.
Wang Fang asintió sonriendo y dijo: “¡Sí, es correcto! Lo has entendido”.
Sin embargo, seguía sintiéndome un poco perpleja, y por eso dije: “Entonces, ¿qué significan las palabras ‘Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.’ (Hebreos 13:8)? ¿No podría estar refiriéndose al nombre de Dios? ¿Cómo debo entender este versículo de las Escrituras?
Wang Fang continuó sonriendo y habló de manera lenta y calmada, diciendo: “Leamos un par de pasajes más, y luego lo entenderemos. ‘Están aquellos que dicen que Dios es inmutable. Eso es correcto, pero se refiere a la inmutabilidad del carácter y la esencia de Dios. Los cambios en Su nombre y obra no demuestran que Su esencia se haya alterado; en otras palabras, Dios siempre será Dios, y esto nunca cambiará. Si dices que la obra de Dios siempre permanece igual, ¿sería entonces capaz de terminar Su plan de gestión de seis mil años? Sólo sabes que Dios es eternamente inmutable, ¿pero sabes que Él es siempre nuevo y nunca viejo? Si la obra de Dios nunca cambió, ¿podría haber traído a la humanidad hasta hoy? Si Dios es inmutable, ¿por qué ha hecho ya la obra de dos eras?’ ‘[…] las palabras “Dios es inmutable” tienen relación con lo que Dios tiene y es inherentemente’. ‘La sabiduría, lo maravilloso, la justicia, y la majestad de Dios nunca cambiarán. Su esencia y lo que Él tiene y es nunca cambiarán. Sin embargo, Su obra siempre está progresando hacia adelante, y siempre va profundizando, porque Él siempre es nuevo y nunca viejo. En cada era Dios adopta un nuevo nombre, hace una obra nueva, y permite a Sus criaturas ver Su nueva voluntad y nuevo carácter’ (“La visión de la obra de Dios (3)”). Podemos ver a partir de estos dos pasajes que las palabras “Dios es inmutable” se refieren a la inmutabilidad de Su carácter y esencia, y no significan que Su nombre nunca cambie. Aunque Dios realiza diferentes obras y adopta diferentes nombres en distintas épocas durante el transcurso de Su salvación de la humanidad, ya sea que Dios se llame Jehová o Jesús, Su esencia no cambia: Dios es Dios para siempre, y Su justicia y santidad nunca cambian. Por lo tanto, las palabras, ‘Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos’ (Hebreos 13:8). Se refieren a la inmutabilidad del carácter y la esencia de Dios, y no significan que el nombre de Dios nunca cambie. Sin embargo, los fariseos no sabían que el nombre de Dios cambiaba junto con Su obra, por lo que creían que solo Jehová era su Dios y que no había otro Salvador aparte de Jehová. Por lo tanto, cuando Dios comenzó la obra de la Era de la Gracia y Su nombre se convirtió en Jesús, ellos no pudieron aceptarlo, y condenaron al Señor Jesús y se resistieron frenéticamente a Él. Lo crucificaron, cometiendo un pecado atroz, y entonces fueron castigados por Dios. “Ellos no entendieron a qué se refería la inmutabilidad de Dios y no reconocieron los principios de la obra de Dios, por lo que hicieron malas acciones y se resistieron a Dios, y perdieron entonces la salvación de Dios”.
Cuando Wang Fang terminó de hablar, asentí y dije llena de emoción: “Ahora comprendo mucho más gracias a tus enseñanzas”. Resulta que las palabras “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). Significan que la esencia de Dios no cambia, pero el nombre de Dios puede cambiar. La obra de Dios se forja siempre hacia adelante, y Su nombre cambia junto con Su obra. ¡Ah! Los fariseos no entendieron este punto, y delimitaron a Dios dentro del alcance de Su obra en la Era de la Ley, creyendo que el nombre de Dios era Jehová y que no podía cambiar a nada más. Al final, no pudieron reconocer que el Señor Jesús y Jehová eran uno y el mismo Dios; ¡qué tontos fueron! ¡Si no me hubieses compartido tus enseñanzas sobre este asunto hoy, todavía estaría tan ciega como los fariseos y no entendería la obra de Dios!”. En ese momento, recordé las palabras “mi nombre nuevo” en Apocalipsis 3:12, y dije: “A la luz de lo que hemos dicho, ¡Dios seguramente tendrá un nuevo nombre cuando regrese en los últimos días! Entonces, ¿cuál será el nombre de Dios?”
Wang Fang dijo con entusiasmo: “Gracias al Señor que, hace unos días, varios compañeros de trabajo y yo estábamos congregados y buscando juntos, y finalmente obtuvimos resultados. La Biblia en realidad nos indica cómo será llamado Dios en los últimos días. Dice en el Apocalipsis, ‘Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso’ (Apocalipsis 1:8). ‘Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor, y de dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir’ (Apocalipsis 4:8). ‘Diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado’ (Apocalipsis 11:17). El Todopoderoso también se menciona en escrituras como Apocalipsis 15:3, 16:7 y 16:14, y 21:22. Estas muestran que cuando el Señor regrese en los últimos días, es muy probable que tome el nombre del Todopoderoso para realizar Su obra de salvar al hombre. Por lo tanto, si alguien predica que el Señor Jesús ha regresado para realizar una nueva obra, y que Su nombre ha cambiado al Todopoderoso, entonces es muy probable que esta sea la aparición y la obra del Señor, y debemos hacer todo lo posible para estudiarla y buscarla. ¡Solo entonces tendremos la oportunidad de dar la bienvenida al Señor!
Después de escucharla, me emocioné y dije: “¡Gracias al Señor! ¡He logrado tantas cosas hoy! Leía con frecuencia estos pasajes de las Escrituras, pero nunca pensé en ellos de esta manera ni entendía estas cosas. ¡Hoy, finalmente comprendo que el nombre de Dios puede cambiar y que Él tendrá un nombre nuevo en los últimos días! Aún más, ¡he encontrado la manera de dar la bienvenida al Señor!”
Estaba muy feliz, y sentí mi corazón lleno de dulzura y alegría. A continuación, Wang Fang y yo continuamos con nuestra conversación…

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