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Película cristiana | “¡Hijo, vuelve a casa!” Dios salva al joven de la adicción a Internet (Tráiler)



Li Xinguang es alumno del último curso de secundaria. Desde pequeño había sido un chico sensato y formal. Sus padres y profesores lo querían mucho. En los primeros años de secundaria se encaprichó de los juegos por Internet en la computadora. Solía saltarse clases para ir al cibercafé. Sus padres hacían todo lo posible por ayudarle a dejar su adicción a Internet. Por desgracia, la adicción de Li Xinguang iba cada vez a peor. Se desanimó y se fue degenerando… Cuando los padres de Li Xinguang se sintieron al límite, se enteraron de que Dios puede salvar a la gente y ayudarla a dejar su adicción a Internet y a liberarse de la corrupción de Satanás. Por consiguiente, decidieron creer en Dios y esperaban que Dios salvara a su hijo. A partir de las palabras de Dios comprendieron el origen de la corrupción y la depravación de la humanidad. Vieron la verdad de las tinieblas y la maldad del hombre y comprendieron que sólo Dios puede salvar a la gente y liberarla de la corrupción y la aflicción de Satanás. Lo único que tenía que hacer Xinguang era creer en Dios y comprender la verdad para poder dejar su adicción a Internet. Por consiguiente, le predicaron el evangelio a Xinguang y le guiaron para que leyera las palabras de Dios. Oraron a Dios y le pidieron que salvara a su hijo y que le ayudara a dejar su adicción a Internet… Tras una lucha, Xinguang comenzó a orar a Dios y a confiar en Él. Guiado por las palabras de Dios, acabó dejando su adicción a Internet y liberándose de la corrupción y la aflicción de Satanás. ¡Por fin volvió a casa este hijo que se había perdido sin esperanza en los juegos por Internet y en los cibercafés!
Relámpago Oriental, la Iglesia de Dios Todopoderoso nació debido a la aparición y a la obra de Dios Todopoderoso, el retorno del Señor Jesús, Cristo de los últimos días. La iglesia está compuesta de todos aquellos quienes sinceramente aceptan la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso y están conquistados y salvados por la palabra de Dios. Fue completamente fundada por Dios Todopoderoso personalmente y personalmente la orienta y la pastorea y de ninguna manera fue establecida por ningún hombre. Cristo es la verdad, el camino y la vida. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido. Declaración especial: la producción de este vídeo la ha realizado la Iglesia de Dios Todopoderoso sin fines de lucro. Los actores que aparecen en esta producción lo hacen de manera voluntaria y no han recibido ningún tipo de retribución. Este vídeo no puede ser distribuido a terceros con ánimo de lucro, y esperamos que todo el mundo lo comparta y lo distribuya de manera pública. Indiquen siempre la fuente al distribuirlo. Sin el consentimiento de la Iglesia de Dios Todopoderoso, ninguna organización, grupo social ni individuo puede falsificar ni tergiversar el contenido de este vídeo.

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Línea Directa: +34-663-435-098

Evangelio de hoy | “Muchos son llamados, pocos escogidos” Las palabras del Espíritu Santo


Evangelio de hoy | “Muchos son llamados, pocos escogidos” Las palabras del Espíritu Santo

Dios Todopoderoso dice: “Llamo a Mi casa a todos los que he predestinado para que escuchen Mi palabra, entonces pongo ante Mi trono a todos quienes obedecen y anhelan Mi palabra. Aquellos quienes traicionan Mi palabra, aquellos quienes no me obedecen ni se someten a Mí, y aquellos quienes abiertamente me desafían, serán echados a un lado a esperar su castigo final. Todos los hombres viven en perversión y bajo la mano del maligno, así que no muchos de los que me siguen realmente anhelan la verdad. Es decir, la mayoría no me adora con un corazón verdadero o con la verdad, sino que tratan de ganar Mi confianza a través de la perversión, la rebelión y las medidas engañosas. Es por esta razón que digo, ‘Muchos son llamados, pero pocos escogidos’. Todos los que son llamados están profundamente pervertidos y viven en la misma época, pero aquellos quienes son escogidos son sólo esa parte que cree y reconoce la verdad, y que práctica la verdad. Estos hombres son sólo una parte muy pequeña de la totalidad, y de entre estos hombres recibiré más gloria”. Recomendación: Evangelio de hoy | "Debes buscar el camino de la compatibilidad con Cristo" Palabra de Vida Relámpago Oriental, la Iglesia de Dios Todopoderoso nació debido a la aparición y a la obra de Dios Todopoderoso, el retorno del Señor Jesús, Cristo de los últimos días. La iglesia está compuesta de todos aquellos quienes sinceramente aceptan la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso y están conquistados y salvados por la palabra de Dios. Fue completamente fundada por Dios Todopoderoso personalmente y personalmente la orienta y la pastorea y de ninguna manera fue establecida por ningún hombre. Cristo es la verdad, el camino y la vida. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido. Correo: contact.es@kingdomsalvation.org Línea Directa: +34-663-435-098 Declaración especial: la producción de este vídeo la ha realizado la Iglesia de Dios Todopoderoso sin fines de lucro. Los actores que aparecen en esta producción lo hacen de manera voluntaria y no han recibido ningún tipo de retribución. Este vídeo no puede ser distribuido a terceros con ánimo de lucro, y esperamos que todo el mundo lo comparta y lo distribuya de manera pública. Sin el consentimiento de la Iglesia de Dios Todopoderoso, ninguna organización, grupo social ni individuo puede falsificar ni tergiversar el contenido de este vídeo.

Evangelio de hoy | Dios mismo, el único (III) La autoridad de Dios (II) Parte 3


Evangelio de hoy | Dios mismo, el único (III) La autoridad de Dios (II) Parte 3

Las palabras de Dios del vídeo son del libro "La Palabra manifestada en carne (Continuación)". El contenido del vídeo: La independencia: la tercera coyuntura 1. Después de volverse independiente, la persona empieza a experimentar la soberanía del Creador 2. Dejar a los padres y comenzar en serio a desempeñar el papel propio en el teatro de la vida El matrimonio: la cuarta coyuntura 1. Uno no tiene elección en cuanto al matrimonio 2. El matrimonio nace del destino de dos cónyuges Recomendación: Evangelio de hoy | Dios mismo, el único (III) La autoridad de Dios (II) Parte 2 Relámpago Oriental, la Iglesia de Dios Todopoderoso nació debido a la aparición y a la obra de Dios Todopoderoso, el retorno del Señor Jesús, Cristo de los últimos días. La iglesia está compuesta de todos aquellos quienes sinceramente aceptan la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso y están conquistados y salvados por la palabra de Dios. Fue completamente fundada por Dios Todopoderoso personalmente y personalmente la orienta y la pastorea y de ninguna manera fue establecida por ningún hombre. Cristo es la verdad, el camino y la vida. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido. Correo: contact.es@kingdomsalvation.org Línea Directa: +34-663-435-098 Declaración especial: la producción de este vídeo la ha realizado la Iglesia de Dios Todopoderoso sin fines de lucro. Los actores que aparecen en esta producción lo hacen de manera voluntaria y no han recibido ningún tipo de retribución. Este vídeo no puede ser distribuido a terceros con ánimo de lucro, y esperamos que todo el mundo lo comparta y lo distribuya de manera pública. Sin el consentimiento de la Iglesia de Dios Todopoderoso, ninguna organización, grupo social ni individuo puede falsificar ni tergiversar el contenido de este vídeo.

Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios

Imagen de la Iglesia de Dios Todopoderoso——Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios

La obra de gestionar a la humanidad se divide en tres etapas, lo que significa que la obra de salvar a la humanidad se divide en tres etapas. Estas tres etapas no incluyen la obra de crear el mundo, sino que son la Era de la Ley, la Era de la Gracia y la Era del Reino. La obra de crear el mundo fue la de producir a toda la humanidad. No fue la de salvarla ni tiene relación con ella; y es que, cuando el mundo fue creado, la humanidad no había sido corrompida por Satanás y, por tanto, no había necesidad de llevar a cabo la obra de salvación de la humanidad. Esta sólo comenzó una vez que la humanidad se había corrompido y, por tanto, la obra de gestión de la humanidad tampoco empezó hasta entonces. En otras palabras, la gestión del hombre por parte de Dios empezó como un resultado de la obra de salvar a la humanidad, y no surgió de la obra de crear el mundo. No podría haber obra de gestión de la humanidad sin el carácter corrupto de esta, y por tanto dicha obra incluye tres partes, en lugar de cuatro etapas, o cuatro eras. Sólo esta es la forma correcta de referirse a la gestión de la humanidad por parte de Dios. Cuando la era definitiva llegue a su fin, la obra de gestión de la humanidad habrá llegado a un final completo. La conclusión de la misma significa que la obra de salvar a toda la humanidad ha terminado totalmente, y que esta ha alcanzado el final de su viaje. Sin la obra de salvar a toda la humanidad, la obra de gestión de esta no existiría ni habría tres etapas de obra. Fue precisamente por la depravación de la humanidad, y la urgente necesidad de salvación que esta tenía, que Jehová concluyó la creación del mundo y comenzó la obra de la Era de la Ley. Sólo entonces comenzó la obra de gestión de la humanidad, que significa que sólo entonces se inició la obra de salvación de esta. “Gestionar a la humanidad” no significa guiar la vida de la recién creada humanidad sobre la tierra (es decir, una humanidad que aún no se había corrompido). En su lugar, es la salvación de una humanidad corrompida por Satanás, es decir, el cambio de esta humanidad corrupta. Este es el significado de gestionar a la humanidad. La obra de salvar a esta no incluye la de crear al mundo, y por tanto la de gestionar a la humanidad no incluye la de crear el mundo, sino sólo tres etapas de obra independientes de la creación del mismo. Para entender la obra de gestión de la humanidad, es necesario ser consciente de la historia de las tres etapas de la obra; de esto es de lo que todos deben ser conscientes a fin de ser salvados. Como criaturas de Dios, deberíais reconocer que Él creó al hombre, y deberíais reconocer la fuente de la corrupción de la humanidad, además del proceso de la salvación del hombre. Si sólo sabéis cómo actuar de acuerdo a la doctrina para obtener el favor de Dios, pero no tenéis ni idea de cómo salva Él a la humanidad, o de la fuente de la corrupción de esta, esto es lo que os falta como criaturas de Dios. No deberías satisfacerte solamente con entender esas verdades que pueden ponerse en práctica, mientras sigues ignorando el alcance más amplio de la obra de gestión de Dios; si este es el caso, eres demasiado dogmático. Las tres etapas de la obra son la historia interior de gestión del hombre por parte de Dios, la llegada del evangelio de todo el universo, el misterio más grande en medio de toda la humanidad, y también el fundamento de la difusión del evangelio. Si sólo te centras en entender verdades simples relacionadas con tu vida, y no sabes nada de esto, el más grande de todos los misterios y visiones, ¿no parece, pues, tu vida un producto defectuoso, bueno para nada excepto para mirarlo?

La obra de Dios y la obra del hombre

Imagen de la Iglesia de Dios Todopoderoso——La obra de Dios y la obra del hombre

¿Qué tanto de la obra del hombre es la obra del Espíritu Santo y qué tanto es la experiencia del hombre? Incluso el día de hoy se puede decir que las personas todavía no entienden estas preguntas, todo porque no entienden los principios de la obra del Espíritu Santo. La obra del hombre de la que hablo se refiere, por supuesto, a la obra de los que tienen la obra del Espíritu Santo o de los que el Espíritu Santo usa. No me estoy refiriendo a la obra que emana de la voluntad del hombre sino a la obra de los apóstoles, obreros o hermanos y hermanas comunes y corrientes que están dentro del alcance de la obra del Espíritu Santo. Aquí, la obra del hombre no se refiere a la obra del Dios encarnado sino al alcance y los principios de la obra del Espíritu Santo en las personas. Mientras que estos principios son los principios y el alcance de la obra del Espíritu Santo, no son iguales a los principios y al alcance de la obra de Dios encarnado. La obra del hombre tiene la esencia y los principios del hombre, y la obra de Dios tiene la esencia y los principios de Dios.
La obra en la corriente del Espíritu Santo, no importa si es la propia obra de Dios o la obra de los hombres que están siendo usados, es la obra del Espíritu Santo. La esencia de Dios mismo es el Espíritu, que se puede llamar el Espíritu Santo o el Espíritu siete veces intensificado. De cualquier manera, son el Espíritu de Dios. Es sólo que el Espíritu de Dios se llama de un modo diferente durante las diferentes eras. Pero Su esencia sigue siendo una. Por lo tanto, la obra de Dios mismo es la obra del Espíritu Santo; la obra del Dios encarnado es nada menos que el Espíritu Santo obrando. La obra de los hombres que son utilizados también es la obra del Espíritu Santo. Es sólo que la obra de Dios es la expresión completa del Espíritu Santo y no existe diferencia, mientras que la obra de los hombres que están siendo usados se mezcla con muchas cosas humanas y no es la expresión directa del Espíritu Santo, mucho menos la expresión completa. La obra del Espíritu Santo es variada y ninguna situación la limita. La obra varía en diferentes personas y transmite diferentes esencias operativas. La obra en las diferentes eras difiere de igual manera que lo hace la obra en diferentes países. Por supuesto, aunque el Espíritu Santo obra de muchas maneras diferentes y de acuerdo a muchos principios, no importa cómo se haga la obra o en qué clase de personas, la esencia siempre es diferente, y toda la obra que Él hace en diferentes personas tiene principios, y todos pueden representar la esencia del objeto de la obra. Esto se debe a que la obra del Espíritu Santo es bastante específica en su alcance y es bastante medible. La obra que se hace en el que se hace carne no es igual a la obra que se hace en las personas, y la obra también varía dependiendo de los diferentes calibres de las personas. La obra que se hace en el que se hace carne no se hace en las personas, y en el que se hace carne Él no hace la misma obra que la que hace en las personas. En pocas palabras, no importa cómo Él obre, la obra en los diferentes objetos nunca es la misma, y los principios por los cuales Él obra difieren de acuerdo con el estado y la naturaleza de las diferentes personas. El Espíritu Santo obra en diferentes personas basado en su esencia inherente y no les hace demandas más allá de su esencia inherente ni tampoco obra en ellos más allá de su calibre actual. De esta manera, la obra que el Espíritu Santo hace en el hombre les permite a las personas ver la esencia del objeto de la obra. La esencia inherente del hombre no cambia; el calibre presente del hombre es limitado. Ya sea que el Espíritu Santo use a las personas u obre en ellas, la obra siempre es de acuerdo con las limitaciones del calibre de las personas para que se puedan beneficiar de ella. Cuando el Espíritu Santo obra en los hombres que están siendo usados, tanto sus dones como su calibre actual se ponen en acción, no se guardan. Todo su calibre presente se ejercita para servir a la obra. Se puede decir que Él obra usando las partes disponibles de los hombres con el fin de lograr los resultados de la obra. En contraste, la obra que se hace en el que se hace carne es para expresar de un modo directo la obra del Espíritu, y no se mezcla con la mente y los pensamientos del hombre, estando fuera del alcance de los dones del hombre, de su experiencia o de su condición innata. Toda la obra inmensurable del Espíritu Santo está dirigida a beneficiar y edificar al hombre. Pero algunas personas pueden ser perfeccionadas mientras que otras no poseen las condiciones para la perfección, es decir, no pueden ser perfeccionadas y difícilmente pueden ser salvadas y, aunque pudieran haber tenido la obra del Espíritu Santo, al final son eliminadas. Eso quiere decir que, aunque la obra del Espíritu Santo es para edificar a las personas, esto no quiere decir que todas las que hayan tenido la obra del Espíritu Santo van a ser perfeccionadas por completo, porque el camino que muchas siguen no es el camino para ser perfeccionadas. Sólo tienen la obra unilateral del Espíritu Santo y no la cooperación humana subjetiva o la búsqueda humana correcta. De esta manera, la obra del Espíritu Santo sobre estas personas se vuelve una obra al servicio de los que están siendo perfeccionados. Las personas no pueden ver directamente la obra del Espíritu Santo ni la pueden tocar directamente. Sólo se puede expresar vía la ayuda de los hombres con el don de hacer la obra, lo que quiere decir que la obra del Espíritu Santo se da a los seguidores vía la expresión de los hombres.
La obra del Espíritu Santo se logra y se completa por medio de muchos tipos de personas y muchas condiciones diferentes. Aunque la obra de Dios encarnado puede representar la obra de toda una era, y puede representar la entrada de las personas a toda una era, la obra en la entrada detallada de las personas todavía necesita que los hombres que el Espíritu Santo usa la hagan, y no que la haga el Dios encarnado. Así, la obra de Dios, o el propio ministerio de Dios, es la obra de la carne del Dios encarnado y el hombre no la puede hacer en Su lugar. La obra del Espíritu Santo se completa por medio de muchos diferentes tipos de personas y una sola persona en particular no la puede cumplir o no se puede aclarar por completo a través de una persona en particular. Los que lideran las iglesias tampoco pueden representar completamente la obra del Espíritu Santo; sólo pueden hacer algo de la obra de liderazgo. De esta manera, la obra del Espíritu Santo se puede dividir en tres partes: la propia obra de Dios, la obra de los hombres que están siendo usados, y la obra en todos los que están en la corriente del Espíritu Santo. Entre las tres, la propia obra de Dios es liderar toda la era; la obra de los hombres que son usados es liderar a todos los seguidores de Dios al ser enviados o recibir comisiones según la propia obra de Dios, y estos hombres son los que cooperan con la obra de Dios; la obra que hace el Espíritu Santo en los que están en la corriente es mantener toda Su propia obra, es decir, mantener toda la gestión y mantener Su testimonio al mismo tiempo que perfecciona a los que pueden ser perfeccionados. Estas tres partes son la obra completa del Espíritu Santo, pero sin la obra de Dios mismo, toda la obra de gestión se estancaría. La obra de Dios mismo involucra la obra de toda la humanidad y también representa la obra de toda la era. Es decir, la propia obra de Dios representa el movimiento y la tendencia de toda la obra del Espíritu Santo, mientras que la obra de los apóstoles sigue la propia obra de Dios y no lidera la era ni tampoco representa la tendencia operativa del Espíritu Santo en toda la era. Sólo hacen la obra que el hombre debe hacer, que en nada involucra la obra de gestión. La propia obra de Dios es el proyecto dentro de la obra de gestión. La obra del hombre es sólo deber de los hombres que están siendo usados y no tiene nada que ver con la obra de gestión. Debido a las diferentes identidades y representaciones de la obra, a pesar del hecho que ambas son la obra del Espíritu Santo, hay diferencias claras y sustantivas entre la propia obra de Dios y la obra del hombre. Además, varía el alcance de la obra que hace el Espíritu Santo en los objetos de la obra con diferentes identidades. Estos son los principios y el alcance de la obra del Espíritu Santo.
La obra del hombre representa su experiencia y su humanidad. Lo que el hombre ofrece y la obra que el hombre hace lo representan a él. La visión del hombre, el razonamiento del hombre, la lógica del hombre y su rica imaginación, todo se incluye en su obra. En particular, la experiencia del hombre puede representar más su obra, y lo que una persona ha experimentado serán los componentes de su obra. La obra del hombre puede expresar su experiencia. Cuando algunas personas están experimentando en un estado pasivo, la mayor parte de su compartir consiste de elementos negativos. Si su experiencia es positiva y en particular tienen caminos en el lado positivo, lo que ellos comparten es muy alentador y las personas podrán obtener de ellas una provisión positiva. Si en este momento un obrero se vuelve pasivo, su compartir siempre llevará elementos negativos. Esta clase de compartir es deprimente y los demás, de una forma inconsciente, se deprimirán al seguir lo que comparte. El estado de los seguidores cambia dependiendo del estado del líder. Lo que un obrero es por dentro es lo que expresa, y la obra del Espíritu Santo muchas veces cambia con el estado del hombre. Él obra de acuerdo con la experiencia del hombre y no fuerza al hombre sino que le hace demandas que van de acuerdo con el curso normal de su experiencia. Esto quiere decir que el compartir del hombre difiere de la palabra de Dios. Lo que el hombre comparte transmite su visión y su experiencia individuales, expresando lo que ve y experimenta sobre el fundamento de la obra de Dios. Su responsabilidad es encontrar, después de que Dios obre y hable, lo que debe practicar o en lo que debe entrar, y después entregarlo a los seguidores. Por lo tanto, la obra del hombre representa su entrada y su práctica. Por supuesto, esa obra se mezcla con las lecciones y la experiencia humanas o con algunos pensamientos humanos. No importa cómo obre el Espíritu Santo, ya sea que obre en el hombre o en Dios encarnado, siempre son los obreros los que expresan lo que son. Aunque es el Espíritu Santo el que obra, la obra se funda en lo que el hombre es por naturaleza porque el Espíritu Santo no obra sin fundamento. En otras palabras, la obra no se hace de la nada sino que siempre es de acuerdo con las actuales circunstancias y las condiciones reales. Sólo de esta manera es que el carácter del hombre se puede transformar, que sus viejas nociones y sus antiguos pensamientos se pueden cambiar. Lo que el hombre expresa es lo que ve, experimenta y puede imaginar. Incluso si son doctrinas o nociones, todas ellas las puede alcanzar el pensamiento del hombre. Independientemente del tamaño de la obra del hombre, no puede superar el alcance de la experiencia del hombre, lo que el hombre ve o lo que el hombre puede imaginar o concebir. Lo que Dios expresa es lo que Dios es, y esto es inalcanzable por el hombre, es decir, es inasequible por su pensamiento. Expresa Su obra de liderar a toda la humanidad, y esto no es relevante a los detalles de la experiencia humana, sino que, al contrario, tiene que ver con Su propia gestión. El hombre expresa su experiencia mientras Dios expresa Su ser, este ser es Su carácter inherente y es inalcanzable por el hombre. La experiencia del hombre es la visión y el conocimiento que adquiere basándose en la expresión que Dios hace de Su ser. Tal visión y conocimiento se llaman el ser del hombre. Se expresan sobre el fundamento del carácter inherente del hombre y su calibre actual; por lo tanto, también se les llama el ser del hombre. El hombre es capaz de comunicar lo que experimenta y ve. Lo que no ha experimentado o visto, o que su mente no ha alcanzado, es decir, las cosas que no tiene dentro de él no las puede compartir. Si lo que el hombre expresa no es su experiencia, es su imaginación o su doctrina. En pocas palabras, no existe ninguna realidad en sus palabras. Si nunca has tenido contacto con las cosas de la sociedad, no serás capaz de compartir con claridad las relaciones complejas de la sociedad. Si no tienes familia y otras personas están hablando de temas familiares, no puedes entender la mayor parte de lo que están diciendo. Así, lo que el hombre comparte y la obra que hace representan su ser interno. Si alguien comunica lo que entiende del castigo y del juicio, pero tú no tienes experiencia en esto, no te atreves a negar su conocimiento, mucho menos te atreves a estar cien por ciento seguro de eso. Esto se debe a que lo que él comparte es algo que tú nunca has experimentado, algo que nunca has conocido, y tu mente no se lo puede imaginar. Sólo puedes tomar de su conocimiento un camino futuro en relación al castigo y el juicio. Pero este camino sólo puede servir como un entendimiento que se basa en doctrina, y no puede reemplazar tu propio entendimiento, mucho menos tu experiencia. Tal vez piensas que lo que dice es bastante correcto, pero cuando lo experimentas, lo encuentras impráctico en muchas cosas. Quizá sientes que algo del conocimiento que escuchas es completamente impráctico; albergas nociones de eso en ese momento, y aunque lo aceptas, sólo lo haces de una forma renuente. Pero cuando lo experimentas, el conocimiento que te da nociones se convierte en tu práctica. Y entre más practiques, más entiendes el verdadero valor y significado de sus palabras. Después de que hayas tenido la experiencia, puedes hablar del conocimiento que debes tener acerca de las cosas que has experimentado. Además, también puedes distinguir entre aquellos cuyo conocimiento es real y práctico y aquellos cuyo conocimiento se basa en doctrina y es inútil. Así que, el que el conocimiento del que estás hablando esté de acuerdo con la verdad, depende en gran parte de si tienes la experiencia práctica. Donde hay la verdad en tu experiencia, tu conocimiento será práctico y valioso. A través de tu experiencia también puedes obtener discernimiento y discreción, profundizar tu conocimiento y aumentar tu sabiduría y sentido común para conducirte. El conocimiento del que hablan las personas que no poseen la verdad es doctrina, no importa que tan elevado sea. Este tipo de persona puede ser muy inteligente cuando se trata de cuestiones de la carne pero no puede hacer distinciones cuando se trata de cuestiones espirituales. Esto se debe a que esas personas no tienen experiencia en los asuntos espirituales. Estas personas que no son iluminadas en los asuntos espirituales no entienden al espíritu. Independientemente de qué aspecto del conocimiento hables, en tanto que sea tu ser, entonces es tu experiencia personal, tu verdadero conocimiento. Los que sólo hablan doctrina, es decir, los que no poseen la verdad o la realidad, se puede decir que lo que hablan es su ser porque su doctrina sólo la obtienen de la profunda contemplación, y es el resultado de que su mente reflexione profundamente, pero sólo es doctrina, ¡no es nada más que su imaginación! Las experiencias de los diferentes tipos de personas representan las cosas que hay dentro de ellas. Todos los que no tienen una experiencia espiritual no pueden hablar del conocimiento de la verdad, o del conocimiento correcto acerca de las diferentes clases de cosas espirituales. Lo que el hombre expresa es lo que es por dentro, esto es seguro. Si alguien quiere tener conocimiento de las cosas espirituales y de la verdad, debe tener una experiencia real. Si no puedes hablar con claridad acerca del sentido común en relación con la vida humana, ¿cuánto menos serás capaz de hablar de las cosas espirituales? Los que pueden liderar iglesias, dar vida a las personas, y ser un apóstol para las personas, deben tener experiencias actuales, deben tener un entendimiento correcto de las cosas espirituales, una apreciación correcta y una experiencia de la verdad. Sólo esos hombres están calificados para ser obreros o apóstoles que lideran las iglesias. De otro modo, podrán seguir como el más pequeño, pero no podrán liderar y mucho menos ser un apóstol capaz de darles vida a las personas. Esto porque la función de los apóstoles no es correr o pelear; es ministrar vida y liderar los cambios en el carácter humano. Es una función que llevan a cabo los que son comisionados para cargar una responsabilidad pesada, y no es algo que cualquier persona pueda hacer. Esta clase de obra sólo la pueden emprender los que tienen un ser con vida, es decir, los que tienen experiencia de la verdad. No la puede emprender cualquiera que pueda rendirse, que pueda correr o que pueda cansarse; las personas que no tienen experiencia de la verdad, que no han sido podadas o juzgadas, no son capaces de hacer este tipo de obra. Las personas sin experiencia, es decir, personas que no tienen la realidad, no son capaces de ver la realidad con claridad porque ellas mismas no poseen estar en este aspecto. Así, este tipo de persona no sólo no es capaz de hacer la obra de liderazgo, sino que será el objeto de eliminación si no tiene la verdad por un largo periodo de tiempo. La visión de la que hablas puede ser prueba de las dificultades que has experimentado en la vida, por qué asuntos has sido castigado, y en qué cuestiones has sido juzgado. Esto también es cierto en las pruebas: las cosas en las que uno es refinado, las cosas en las que uno es débil, estas son las cosas en las que uno tiene experiencia, las cosas en las que uno tiene estrategias. Por ejemplo, si alguien sufre frustraciones en el matrimonio, la mayor parte del tiempo podrá compartir diciendo, “Gracias a Dios, alabado sea Dios, debo satisfacer el deseo del corazón de Dios y ofrecerle toda mi vida, poner mi matrimonio por completo en las manos de Dios. Estoy dispuesto a entregarle toda mi vida a Dios”. A través del compartir, todo lo que está dentro del hombre, lo que él es, se puede representar. El ritmo de la voz de una persona, si habla fuerte o en voz baja, y cuestiones similares que no son asuntos de experiencia, no pueden representar lo que él tiene o es. Sólo pueden decir si su carácter es bueno o malo o si su naturaleza es buena o mala, pero no se pueden equiparar a si tiene experiencias. La habilidad para expresarse cuando se habla, o la destreza o la velocidad del habla, son sólo un asunto de práctica y no pueden reemplazar su experiencia. Cuando hablas acerca de tus experiencias individuales, compartes eso a lo que le das importancia y todas las cosas que están dentro de ti. Mi habla representa Mi ser, pero lo que Yo digo está más allá del alcance del hombre. Lo que digo no es lo que el hombre experimenta, y no es algo que el hombre pueda ver ni tampoco es algo que el hombre pueda tocar, sino que es lo que Yo soy. Algunas personas sólo reconocen que lo que comparto es lo que he experimentado, pero no reconocen que es la expresión directa del Espíritu. Por supuesto, lo que digo es lo que he experimentado. Soy Yo el que ha hecho la obra de gestión por más de seis mil años. He experimentado todo desde el principio de la creación de la humanidad hasta ahora; ¿cómo no podría hablar acerca de eso? Cuando se trata de la naturaleza del hombre, la he visto con claridad y la he observado por mucho tiempo; ¿cómo no podría hablar de ella con claridad? Ya que he visto la esencia del hombre con claridad, estoy calificado para castigar al hombre y juzgarlo porque todo lo del hombre procede de Mí, pero Satanás lo ha corrompido. Por supuesto, también estoy calificado para evaluar la obra que he hecho. Aunque Mi carne no hace esta obra, es la expresión directa del Espíritu y esto es lo que tengo y lo que soy. Por lo tanto, estoy calificado para expresarlo y para hacer la obra que debo hacer. Lo que el hombre dice es lo que ha experimentado. Es lo que ha visto, lo que su mente puede alcanzar, y lo que sus sentidos pueden sentir. Eso es lo que pueden compartir. Las palabras que habló Dios encarnado son la expresión directa del Espíritu, y expresan la obra que ha hecho el Espíritu. La carne no lo ha experimentado ni lo ha visto, pero aun así expresa Su ser porque la esencia de la carne es el Espíritu, y Él expresa la obra del Espíritu. Aunque la carne no es capaz de alcanzarla, es la obra que ya ha hecho el Espíritu. Después de la encarnación, por medio de la expresión de la carne, Él capacita a las personas para que conozcan el ser de Dios y les permite ver el carácter de Dios y la obra que Él ha hecho. La obra del hombre capacita a las personas para que tengan más claridad en cuanto a dónde deben entrar y qué deben entender; implica liderar a las personas para que entiendan y experimenten la verdad. La obra del hombre es sustentar a las personas; la obra de Dios es abrir nuevos caminos y abrir nuevas eras para la humanidad y revelarles a las personas lo que los mortales no conocen, capacitándolas para que conozcan Su carácter. La obra de Dios es guiar a toda la humanidad.
La obra del Espíritu Santo se trata de permitirles a las personas obtener beneficios; se trata de edificar a las personas; no hay una obra que no beneficie a las personas. No importa si la verdad es profunda o superficial ni cual sea el calibre de los que aceptan la verdad, lo que sea que el Espíritu Santo haga, todo es beneficioso para las personas. Pero la obra del Espíritu Santo no se puede hacer de una manera directa; debe pasar a través de los hombres que cooperan con Él. Es sólo de esta manera que los resultados de la obra del Espíritu Santo se pueden alcanzar. Por supuesto, cuando es la obra directa del Espíritu Santo, no ha sido adulterada en lo absoluto; pero cuando usa al hombre como vínculo, se mezcla mucho y no es la obra original del Espíritu Santo. De esta manera, la verdad cambia en diferentes grados. Los seguidores no reciben el significado del Espíritu Santo sino una combinación de la obra del Espíritu Santo y la experiencia y conocimiento del hombre. La parte de la obra del Espíritu Santo que reciben los seguidores es correcta. La experiencia y el conocimiento del hombre que se reciben, varían porque los obreros son diferentes. Una vez que los obreros tienen el esclarecimiento y la guía del Espíritu Santo, su experiencia subsiguiente se basará en este esclarecimiento y guía. Dentro de estas experiencias se combinan la experiencia y la mente del hombre, así como el ser de la humanidad, después de lo cual obtiene el conocimiento o la visión que debe. Esta es la práctica después de que el hombre ha experimentado la verdad. Esta práctica no siempre es la misma porque las personas tienen experiencias diferentes y las cosas que las personas experimentan son diferentes. De esta manera, el mismo esclarecimiento del Espíritu Santo resulta en un conocimiento y práctica diferentes porque los que reciben el esclarecimiento son diferentes. Algunas personas cometen errores mínimos durante la práctica mientras que otras cometen errores mayores, y algunas no hacen otra cosa sino cometer errores. Esto se debe a que las habilidades de las personas para entender difieren y porque su calibre actual también difiere. Algunas personas lo entienden de esta manera después de escuchar un mensaje, y algunas personas lo entienden de esa manera después de escuchar una verdad. Algunas personas se desvían ligeramente; y algunas para nada entienden el verdadero significado de la verdad. Por lo tanto, la manera en que alguien lo entienda es la manera en que liderará a los demás: esto es exactamente cierto porque su obra sólo está expresando su ser. Las personas que son guiadas por los que tienen un entendimiento correcto de la verdad también tendrán un entendimiento correcto de la verdad. Incluso si hay personas que tienen errores en el entendimiento, son muy pocas, y no todas las personas tendrán errores. Las personas que son guiadas por los que tienen errores en el entendimiento de la verdad sin duda estarán equivocadas. Estas personas estarán equivocadas en todo el sentido de la palabra. El grado de entendimiento de la verdad entre los seguidores depende en gran medida de los obreros. Por supuesto, la verdad de Dios es correcta, sin error y es absolutamente cierta. Pero, los obreros no son del todo atinados y no se puede decir que sean completamente confiables. Si los obreros tienen una manera de practicar la verdad que sea muy práctica, entonces los seguidores también tendrán una manera de practicarla. Si los obreros no tienen una manera de practicar la verdad, sino que sólo tienen doctrina, los seguidores no tendrán ninguna realidad. El nacimiento determina el calibre y la naturaleza de los seguidores, y ello no está asociado con los obreros. Pero el grado en el que los seguidores entienden la verdad y conocen a Dios depende de los obreros (esto sólo es así para algunas personas). No importa cómo sea un obrero, así es como serán los seguidores que lidere. Lo que un obrero expresa es su propio ser, sin reservas. Las demandas que coloca sobre sus seguidores son las que él mismo está dispuesto a lograr y las que es capaz de alcanzar. La mayoría de los obreros hacen demandas a sus seguidores basándose en lo que ellos mismos hacen, a pesar de que hay muchas que la gente para nada puede lograr. Lo que las personas no pueden lograr se vuelve un obstáculo para su entrada.
Hay muchos menos errores en la obra de los que han sufrido la poda y el juicio. La expresión de su obra es mucho más exacta. Los que confían en su naturalidad para obrar comenten errores muy importantes. Hay demasiada naturalidad en la obra de las personas no perfeccionadas, lo que plantea un gran obstáculo para la obra del Espíritu Santo. Incluso los que por naturaleza tienen las condiciones para la obra también deben haber experimentado la poda y el juicio para poder llevar a cabo la obra de Dios. Si no han sufrido tal juicio, no importa qué tan bien lo hagan, lo que hagan no puede estar de acuerdo con los principios de la verdad y sólo es naturalidad y bondad humana. Al hacer la obra de Dios, la obra de los que han sufrido la poda y el juicio es más exacta que la obra de los que no han sido juzgados. Los que no han sufrido el juicio no expresan nada sino la carne y los pensamientos humanos, mezclados con un montón de inteligencia humana y talentos innatos. No es la expresión exacta que el hombre hace de la obra de Dios. Las personas que los siguen son llevadas ante ellos por su calibre innato. Ya que expresan demasiadas visiones y experiencias del hombre, que casi están desconectadas del significado original de Dios, y se desvían demasiado del mismo, la obra de este tipo de persona no es capaz de llevar a las personas delante de Dios sino delante de ella. Así que los que no han sufrido el juicio y el castigo no están calificados para llevar a cabo la obra de Dios. La obra de un obrero calificado puede llevar a las personas al camino correcto y permitirles profundizar en la verdad. La obra que hace puede llevar personas delante de Dios. Además, la obra que hace puede variar de individuo a individuo y no está sujeta a reglas, permitiéndoles a las personas libertad y liberación. Además, pueden crecer poco a poco en la vida y progresivamente profundizar en la verdad. La obra de un obrero no calificado se queda demasiado corta; su obra es necia. Sólo puede llevar a las personas a las reglas; lo que demanda de las personas no varía de individuo a individuo; no obra de acuerdo a las necesidades actuales de las personas. En este tipo de obra hay demasiadas reglas y demasiadas doctrinas y esto no puede llevar a las personas a la realidad o a la práctica normal del crecimiento en la vida. Sólo les puede permitir apoyar unas cuantas reglas inútiles. Este tipo de guía sólo puede liderar a las personas a que se descarríen. Te guía para que te vuelvas como él; te puede llevar a lo que él tiene y es. Para que los seguidores disciernan si los líderes están calificados, la clave es examinar el camino por el que lideran y los resultados de su obra, y examinar si los seguidores reciben los principios de acuerdo con la verdad, y si reciben prácticas adecuadas para ser transformados. Debes diferenciar entre la diferente obra de diferentes tipos de personas; no debes ser un seguidor tonto. Esto afecta la cuestión de tu entrada. Si no eres capaz de distinguir el liderazgo de qué persona tiene un camino y cuál no, fácilmente te engañarán. Todo esto tiene una relación directa con tu propia vida. Hay demasiado que es natural en la obra de las personas no perfeccionadas; demasiada voluntad humana se mezcla en esto. Su ser es la naturalidad, con lo que nacieron, no la vida después de sufrir el trato o la realidad después de ser transformados. ¿Cómo puede este tipo de persona apoyar a los que están buscando la vida? La vida original del hombre es su inteligencia o su talento innatos. Esta clase de inteligencia o talento están bastante alejados de las demandas exactas que Dios le hace al hombre. Si un hombre no ha sido perfeccionado y su carácter corrupto no ha sido podado o tratado, habrá una gran brecha entre lo que expresa y la verdad: estará mezclado con cosas vagas tales como su imaginación y la experiencia unilateral, etc. Además, independientemente de cómo obre, las personas sienten que no hay un objetivo general y ninguna verdad adecuada para la entrada de todas las personas. La mayoría de las demandas que se colocan en las personas exigen que hagan lo que está más allá de ellas, exasperándolas. Esta es la obra de la voluntad humana. El carácter corrupto del hombre, sus pensamientos y nociones impregnan todas las partes de su cuerpo. El hombre no nace con el instinto de practicar la verdad ni tampoco tiene el instinto de entender directamente la verdad. Tomados en conjunto con el carácter corrupto del hombre, cuando esta clase de persona natural obra, ¿no es esto una interrupción? Pero un hombre que ha sido perfeccionado tiene la experiencia de la verdad que las personas deben entender, y el conocimiento de su carácter corrupto, para que las cosas vagas e irreales en su obra disminuyan poco a poco, lo que significa que la verdad que él expresa se vuelve más exacta y también más realista. Los pensamientos en la mente del hombre en particular bloquean la obra del Espíritu Santo. El hombre tiene una imaginación rica, una lógica razonable y una vieja experiencia para tratar con los asuntos. Si estos no sufren la poda y la corrección, todos son obstáculos para la obra. Por lo tanto, la obra del hombre no puede alcanzar el nivel más exacto, sobre todo la obra de las personas no perfeccionadas.
La obra del hombre tiene un alcance y limitaciones. Una persona sólo es capaz de hacer la obra de una cierta fase y no puede hacer la obra de toda la era, de otro modo, llevaría a las personas a las reglas. La obra del hombre sólo puede ser aplicable a un tiempo o fase en particular. Esto porque la experiencia del hombre tiene un límite. Nadie puede comparar la obra del hombre con la obra de Dios. La práctica del hombre y su conocimiento de la verdad son aplicables a un límite en particular. No puedes decir que el camino que el hombre pisa es completamente la voluntad del Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo sólo puede esclarecer al hombre y el hombre no puede estar completamente lleno del Espíritu Santo. Todas las cosas que el hombre puede experimentar están dentro del límite de la humanidad normal y no pueden rebasar el límite de los pensamientos en la mente humana normal. Todos los que tienen una expresión práctica experimentan dentro de este límite. Cuando experimentan la verdad, siempre es una experiencia de la vida humana normal bajo el esclarecimiento del Espíritu Santo, sin experimentarla de una manera que se desvíe de la vida humana normal. Experimentan la verdad esclarecidos por el Espíritu Santo sobre el fundamento de vivir su vida humana. Además, esta verdad varía de persona a persona y la profundidad de la misma se relaciona con el estado de la persona. Sólo se puede decir que el camino que camina es la vida humana normal de un hombre que busca la verdad y que es el camino que camina una persona normal que tiene el esclarecimiento del Espíritu Santo. No puedes decir que el camino que pisa sea el camino que el Espíritu Santo tome. En la experiencia humana normal, debido a que las personas que la buscan no son iguales, la obra del Espíritu Santo tampoco es la misma. Además, porque los ambientes que experimentan y los límites de su experiencia no son iguales, a causa de la mezcla que hay en su mente y sus pensamientos, su experiencia se mezcla en diferentes grados. Cada persona entiende una verdad de acuerdo a sus condiciones individuales diferentes. Su entendimiento del significado real de la verdad no está completo y es sólo uno, o unos cuantos aspectos del mismo. El límite por el cual la verdad la experimenta el hombre siempre se basa en las condiciones diferentes de los individuos y, por lo tanto, no es el mismo. De esta manera, el conocimiento que expresan diferentes personas de la misma verdad no es el mismo. Es decir, la experiencia del hombre siempre tiene limitaciones y no puede representar por completo la voluntad del Espíritu Santo, y la obra del hombre no se puede percibir como la obra de Dios, incluso si lo que el hombre expresa corresponde muy de cerca a la voluntad de Dios, incluso si la experiencia del hombre está muy cerca de la perfecta obra que el Espíritu Santo lleva a cabo. El hombre sólo puede ser el siervo de Dios, haciendo la obra que Dios le confía. El hombre sólo puede expresar el conocimiento bajo el esclarecimiento del Espíritu Santo y las verdades que obtenga de sus experiencias personales. El hombre no está calificado y no tiene las condiciones para ser el canal del Espíritu Santo. No está autorizado para decir que la obra del hombre es la obra de Dios. El hombre tiene los principios del hombre para obrar y todos los hombres tienen experiencias diferentes y poseen condiciones variantes. La obra del hombre incluye todas sus experiencias bajo el esclarecimiento del Espíritu Santo. Estas experiencias sólo pueden representar el ser del hombre, y no representan el ser de Dios o la voluntad del Espíritu Santo. Por lo tanto, el camino que el hombre camina no se puede decir que sea el camino que el Espíritu Santo camina porque la obra del hombre no puede representar la obra de Dios, y la obra del hombre y la experiencia del hombre no son la completa voluntad del Espíritu Santo. La obra del hombre está propensa a caer en reglas, y el método de su obra fácilmente se confina a un alcance limitado y no es capaz de liderar a las personas a un camino libre. La mayoría de los seguidores viven dentro de un alcance limitado y su forma de experimentar también está limitada en su alcance. La experiencia del hombre siempre está limitada; el método de su obra también está limitado a unos cuantos tipos y no se puede comparar con la obra del Espíritu Santo o la obra de Dios mismo, esto se debe a que la experiencia del hombre, a la postre, es limitada. No hay reglas para la manera en la que Dios hace Su obra; como quiera que se haga, no se limita a una forma. No hay reglas de ninguna especie en la obra de Dios; toda Su obra emana sin restricciones. No importa cuánto tiempo el hombre invierta siguiéndolo a Él, no puede resumir las leyes de los caminos de Su obra. Aunque Su obra se basa en principios, siempre se hace de nuevas maneras y siempre tiene nuevos progresos que están más allá del alcance del hombre. Durante un periodo de tiempo, Dios puede tener varios tipos diferentes de obras y diferentes maneras de guiar, permitiéndoles a las personas tener siempre nuevas entradas y nuevos cambios. No puedes encontrar las leyes de Su obra porque Él siempre está obrando de nuevas maneras. Sólo de esta manera los seguidores de Dios no caen en reglas. La obra de Dios mismo siempre evita las nociones de las personas y contrarresta sus nociones. Sólo los que lo siguen y lo buscan con un corazón sincero pueden haber transformado su carácter y ser capaces de vivir sin restricciones, sin estar sujetos a reglas o reprimidos por nociones religiosas. Las demandas que la obra del hombre les hace a las personas se basan en su propia experiencia y lo que él mismo puede lograr. El estándar de estos requisitos se limita a un cierto alcance y los métodos de la práctica también están muy limitados. Los seguidores de manera inconsciente viven dentro de este alcance limitado; conforme el tiempo pasa, se vuelven reglas y rituales. Si una persona que no ha sufrido el perfeccionamiento personal de Dios y no ha recibido el juicio guía la obra de un periodo, todos sus seguidores se volverán religiosos y expertos en resistir a Dios. Por lo tanto, si alguien es un líder calificado, la persona debe haber sufrido el juicio y aceptado el perfeccionamiento. Los que no han sufrido el juicio, aunque puedan tener la obra del Espíritu Santo, sólo expresan cosas vagas e irreales. Con el tiempo, guiarán a las personas a reglas vagas y sobrenaturales. La obra que Dios lleva a cabo no está de acuerdo con la carne del hombre, no está de acuerdo con los pensamientos del hombre, sino que contraataca las nociones del hombre; no está mezclada con un vago tinte religioso. Los resultados de Su obra no los puede lograr un hombre que Él no haya perfeccionado y están más allá del alcance del pensamiento del hombre.
El hombre alcanza con mucha facilidad la obra en la mente del hombre. Pastores y líderes en el mundo religioso, por ejemplo, confían en sus dones y posiciones para hacer su obra. Las personas que los siguen por un largo tiempo se van a infectar con sus dones y van a ser influidas por algo de lo que ellos son. Se enfocan en los dones, habilidades y conocimiento de las personas, y prestan atención a algunas cosas sobrenaturales y a muchas doctrinas profundas pero poco realistas (por supuesto, estas doctrinas profundas son inalcanzables). No se enfocan en los cambios en el carácter de las personas, sino que se enfocan en entrenar la predicación y habilidades de las personas, mejorando el conocimiento y las ricas doctrinas religiosas de las personas. No se enfocan en qué tanto cambia el carácter de las personas o qué tanto las personas entienden la verdad. No se interesan en la esencia de las personas, mucho menos tratan de conocer los estados normales y anormales de las personas. No contraatacan las nociones de las personas ni ponen de manifiesto sus nociones, mucho menos corrigen sus deficiencias o corrupciones. La mayoría de las personas que los siguen sirven con sus dones naturales, y lo que expresan es un conocimiento y una verdad religiosa vagos, que están fuera de contacto con la actualidad y son completamente incapaces de darles vida a las personas. De hecho, la esencia de su obra es alimentar el talento, alimentar a una persona sin nada en un talentoso graduado del seminario que después va a hacer la obra y liderar. Con seis mil años de la obra de Dios, ¿puedes descubrir las leyes de la misma? Hay muchas reglas y restricciones en la obra que el hombre hace, y el cerebro humano es muy dogmático. Así que lo que el hombre expresa es un conocimiento y una comprensión dentro de todas sus experiencias. El hombre es no es capaz de expresar nada aparte de esto. Las experiencias o el conocimiento del hombre no surgen de sus dones innatos o de su instinto; surgen por la guía de Dios y por el pastoreo directo de Dios. El hombre sólo tiene el órgano para aceptar este pastoreo y no el órgano para expresar directamente lo que la divinidad es. El hombre no puede ser la fuente, sólo puede ser una vasija que acepta el agua de la fuente; este es el instinto humano, el órgano que el ser humano debe tener. Si una persona pierde el órgano para aceptar la palabra de Dios y pierde el instinto humano, esa persona también pierde lo que es más precioso y pierde el deber del hombre creado. Si una persona no tiene el conocimiento o la experiencia de la palabra de Dios o Su obra, esa persona pierde su deber, el deber con el que debe cumplir como un ser creado, y pierde la dignidad de un ser creado. Es el instinto de Dios el que debe expresar lo que la divinidad es, ya sea que se exprese en la carne o directamente por el Espíritu; este es el ministerio de Dios. El hombre expresa sus propias experiencias o conocimiento (es decir, expresa lo que es) durante la obra de Dios o después; este es el instinto del hombre y el deber del hombre; es lo que el hombre debe alcanzar. Aunque la expresión del hombre se queda muy por debajo de lo que Dios expresa, y hay un montón de reglas en lo que el hombre expresa, el hombre debe cumplir el deber que debe cumplir y hacer lo que debe hacer. El hombre debe hacer todo lo humanamente posible para cumplir su deber y no debe tener ni siquiera la menor reserva.
Después de trabajar por años, el hombre recapitulará algunas experiencias de estos años de trabajo, así como la sabiduría y las reglas acumuladas. El que obra por un largo tiempo sabe cómo sentir el movimiento de la obra del Espíritu Santo, sabe cuándo obra el Espíritu Santo y cuándo no; sabe cómo compartir cuando lleva una carga; está consciente del estado normal de la obra del Espíritu Santo y el estado normal del crecimiento en la vida de las personas. Así es la persona que ha trabajado por años y conoce la obra del Espíritu Santo. Los que han trabajado por un largo tiempo hablan con confianza y pausadamente; aun cuando no tienen nada que decir, están calmados. Por dentro, pueden seguir orando para buscar la obra del Espíritu Santo sin inquietarse o sentirse ansiosos; tienen una gran experiencia en la obra. Una persona que ha hecho la obra por un largo tiempo y que tiene muchas lecciones y mucha experiencia, tiene dentro de ella mucho que obstruye la obra del Espíritu Santo; este es un defecto de su obra a largo plazo. Una persona que acaba de empezar a hacer la obra no ha traído consigo lecciones o experiencias humanas; en particular no está al tanto de la forma en la que obra el Espíritu Santo. Sin embargo, durante el curso de la obra, poco a poco aprende a sentir cómo obra el Espíritu Santo, y se hace consciente de qué hacer para tener la obra del Espíritu Santo y qué hacer para tocar los puntos vitales de los demás. Llega a comprender la clase de conocimiento común que deben tener los que hacen la obra. Con el tiempo, llega a comprender la sabiduría y el conocimiento común acerca de la obra casi como la palma de su mano y parece usarlos con facilidad cuando hace la obra. Sin embargo, cuando el Espíritu Santo cambia la manera en que obra, todavía se apega a su antiguo conocimiento para hacer la obra y a sus viejas reglas de obrar, y sabe muy poco acerca del nuevo movimiento de la obra. Años de trabajo y el estar lleno de la presencia y la guía del Espíritu Santo le dan más y más lecciones y experiencia. Estas cosas lo llenan con una autoconfianza que no es orgullo. En otras palabras, está bastante complacido con su propia obra y muy contento con el conocimiento común que ha obtenido acerca de la obra del Espíritu Santo. En particular, esas cosas que las otras personas no han logrado o no han cumplido incluso le dan más confianza en sí mismo; parece que la obra del Espíritu Santo dentro de él nunca se puede extinguir, mientras que los demás no califican para este tratamiento especial. Sólo las personas de su tipo que han hecho la obra por años, y tienen un considerable valor del uso, están calificadas para disfrutarlo. Estas cosas se vuelven un gran impedimento para que acepte la nueva obra del Espíritu Santo. Incluso si puede aceptar la nueva obra, no es algo que suceda de la noche a la mañana. Es seguro que pase por varios reveses y vueltas antes de aceptarla. Esta situación sólo se puede revertir poco a poco después de que trate con sus antiguas nociones y juzgue su antiguo carácter. Si no pasa por estos pasos, no abandona ni acepta fácilmente las nuevas enseñanzas y la obra que no están en armonía con sus antiguas nociones. Esto es lo más difícil con lo que hay que tratar en el hombre, y no es fácil de cambiar. Si, como un obrero, es capaz tanto de lograr un entendimiento de la obra del Espíritu Santo y recapitular el movimiento del mismo, como de que su experiencia en la obra no lo restrinja y pueda aceptar una nueva obra a la luz de la obra antigua, es un hombre sabio y un obrero calificado. Los hombres con frecuencia hacen la obra durante varios años sin poder recapitular su experiencia de la obra o son impedidos de aceptar la nueva obra después de recapitular su experiencia y sabiduría en la obra, y no pueden entender correctamente o tratar correctamente la nueva obra y la antigua. ¡Los hombres realmente son difíciles de tratar! La mayoría de vosotros sois así. Los que han experimentado años de la obra del Espíritu Santo les cuesta trabajo aceptar la nueva obra, y siempre están llenos de nociones que les es difícil dejar ir, mientras que un hombre que acaba de empezar a hacer la obra le falta el conocimiento común de la obra y ni siquiera sabe cómo manejar algunos de los asuntos más sencillos. ¡Vosotras, personas, sois realmente difíciles! Los que tienen alguna antigüedad que los respalde son tan orgullosos y arrogantes que se han olvidado de dónde vinieron. Siempre miran por encima del hombro a las personas más jóvenes, pero no pueden aceptar la nueva obra y no pueden dejar ir las nociones que han acumulado y han guardado por años. Aunque las personas jóvenes e ignorantes son capaces de aceptar un poco de la nueva obra del Espíritu Santo y son muy entusiastas, siempre se confunden y no saben qué hacer cuando se enfrentan con los problemas. Aunque son entusiastas son muy ignorantes. Sólo tienen un pequeño conocimiento de la obra del Espíritu Santo y son incapaces de usarlo en sus vidas; sólo es doctrina que no sirve absolutamente para nada. Hay demasiadas personas como vosotros; ¿cuántas son dignas para su uso? ¿Cuántas hay que pueden hacer la obra que es digna para el Espíritu Santo? Parece que habéis sido muy obedientes hasta ahora pero, de hecho, no habéis abandonado vuestras nociones; todavía estáis buscando en la Biblia, creyendo en ambigüedades o vagando en las nociones. No hay nadie que el día de hoy investigue con cuidado la obra actual o profundice en ella. Estáis aceptando el camino de hoy con vuestras nociones antiguas. ¿Qué podéis ganar con semejante creencia? Se podría decir que en vosotros están escondidas muchas nociones que no se han puesto de manifiesto, y sólo es porque estáis haciendo un esfuerzo supremo por esconderlas y no revelarlas fácilmente. No aceptáis la nueva obra sinceramente y no planeáis abandonar vuestras antiguas nociones; tenéis demasiadas filosofías de la vida y demasiado dolorosas. No abandonáis vuestras antiguas nociones y de mala gana tratáis con la nueva obra. Vuestros corazones son demasiado siniestros y simplemente no tomáis en serio los pasos de la nueva obra. ¿Pueden semejantes buenos para nada como vosotros hacer la obra de esparcir el evangelio? ¿Podéis emprender la obra de esparcirlo a todo el universo? Estas prácticas vuestras os están impidiendo transformar vuestro carácter y conocer a Dios. Si continuáis así, estáis obligados a ser eliminados.
Tenéis que saber cómo diferenciar la obra de Dios de la obra del hombre. ¿Qué podéis ver de la obra del hombre? Hay muchos elementos de la experiencia del hombre en la obra del hombre; lo que el hombre expresa es lo que es. La obra propia de Dios también expresa lo que Él es, pero lo que Él es difiere de lo que el hombre es. Lo que el hombre es, es representativo de su experiencia y de su vida (lo que el hombre experimenta o encuentra en su vida, o las filosofías de vida que tiene), y las personas que viven en ambientes diferentes expresan seres diferentes. Sea que tengáis o no experiencias sociales, y cómo realmente vivís y experimentáis en vuestra familia, se puede ver en lo que expresáis; mientras tanto, no podéis ver la obra de Dios encarnado si Él tiene o no experiencias sociales. Él está muy consciente de la esencia del hombre; puede poner de manifiesto todas las clases de prácticas que pertenecen a todas las clases de personas. Incluso es mejor en poner de manifiesto el carácter corrupto y el comportamiento rebelde humanos. No vive entre las personas mundanas, pero está consciente de la naturaleza de los mortales y de todas las corrupciones de las personas mundanas. Eso es lo que Él es. Aunque no trata con el mundo, conoce las reglas para tratar con el mundo porque entiende completamente la naturaleza humana. Conoce acerca de la obra del Espíritu que los ojos del hombre no pueden ver y que los oídos del hombre no pueden escuchar, tanto del día de hoy como del pasado. Esto incluye una sabiduría que no es una filosofía de vida y una fascinación que a las personas les es difícil entender. Eso es lo que Él es, abierto a las personas pero también escondido de las personas. Lo que Él expresa no es lo que una persona extraordinaria es, sino los atributos y el ser inherente del Espíritu. No viaja alrededor del mundo pero sabe todo del mismo. Él se pone en contacto con los “antropoides” que no tienen ningún conocimiento o discernimiento, pero expresa palabras que son más elevadas que el conocimiento y que están por encima de los grandes hombres. Vive entre un grupo de personas torpes e insensibles que no tienen humanidad y que no entienden las convenciones humanas y las vidas, pero le puede pedir a la humanidad que viva una humanidad normal al mismo tiempo que pone de manifiesto la humanidad vil y baja de la humanidad. Todo esto es lo que Él es, más elevado que cualquier persona de carne y sangre. A Él no le es necesario experimentar una vida social complicada, engorrosa y sórdida para hacer la obra que tiene que hacer y revelar a fondo la esencia de la humanidad corrupta. La vida social sórdida no edifica Su carne. Su obra y palabras sólo revelan la desobediencia del hombre y no le proporcionan al hombre la experiencia y las lecciones para tratar con el mundo. No tiene que investigar la sociedad o la familia del hombre cuando le da al hombre la vida. Exponer y juzgar al hombre no es una expresión de las experiencias de Su carne; es para poner de manifiesto la injusticia del hombre después de conocer por mucho tiempo la desobediencia del hombre y aborrecer la corrupción de la humanidad. Toda la obra que Él hace es para revelar Su carácter al hombre y expresar Su ser. Sólo Él puede hacer esta obra; no es algo que una persona de carne y sangre pueda lograr. Con relación a Su obra, el hombre no puede decir qué clase de persona es Él. El hombre también es incapaz de clasificarlo como una persona creada sobre la base de Su obra. Lo que Él es, también lo incapacita para ser clasificado como una persona creada. El hombre sólo lo puede considerar un no humano pero no sabe en qué categoría ponerlo, así que el hombre se ve obligado a listarlo en la categoría de Dios. Para el hombre no es irrazonable hacer esto porque Él ha hecho mucha obra entre las personas que el hombre no es capaz de hacer.
Toda la obra que Dios hace no representa la experiencia de Su carne; la obra que el hombre hace representa la experiencia del hombre. Todos hablan de su experiencia personal. Dios puede expresar directamente la verdad mientras que el hombre sólo puede expresar la correspondiente experiencia después de experimentar la verdad. La obra de Dios no tiene reglas y no está limitada por el tiempo o los límites geográficos. Puede expresar lo que Él es en cualquier momento, en cualquier lugar. Obra como le place. La obra del hombre tiene condiciones y contexto; de otro modo, no es capaz de obrar y es incapaz de expresar su conocimiento de Dios o su experiencia de la verdad. Sólo tienes que comparar las diferencias que hay entre ellas para decir si es la propia obra de Dios o la obra del hombre. Si no hay obra que Dios mismo haga y sólo hay la obra del hombre, sabrás que las enseñanzas de los hombres son elevadas, más allá de la capacidad de cualquier otro; sus tonos de voz, sus principios para manejar las cosas, y su manera experimentada y estable de obrar, están más allá del alcance de los demás. Todos vosotros admiráis a estas personas con una humanidad elevada, pero no podéis ver por la obra y las palabras de Dios qué elevada es Su humanidad. En cambio, Él es ordinario, y cuando obra, es normal y real pero también inmensurable para los mortales, lo que hace que las personas sientan una clase de reverencia por Él. Tal vez la experiencia de una persona en su obra es particularmente elevada, o su imaginación y razonamiento son particularmente elevados y su humanidad es particularmente buena; esto sólo puede ganar la admiración de las personas, pero no despertar su sobrecogimiento y temor. Todas las personas admiran a los que tienen la habilidad de hacer la obra y que tienen una experiencia particularmente profunda y pueden practicar la verdad, pero nunca pueden provocar temor sino sólo admiración y envidia. Pero las personas que han experimentado la obra de Dios no admiran a Dios, sino que sienten que Su obra está más allá del alcance humano y que es insondable para el hombre, y que es fresca y maravillosa. Cuando las personas experimentan la obra de Dios, el primer conocimiento que tienen de Él es que es insondable, sabio y maravilloso, e inconscientemente lo reverencian y sienten el misterio de la obra que hace, que está más allá del alcance de la mente del hombre. Las personas sólo quieren poder cumplir Sus requisitos y satisfacer Sus deseos; no quieren superarlo porque la obra que Él hace va más allá del pensamiento y la imaginación del hombre y el hombre no la puede hacer. Incluso el mismo hombre no conoce sus propias insuficiencias, mientras que Él ha abierto un nuevo camino, y ha venido a traer al hombre a un mundo nuevo y más hermoso, por lo que la humanidad ha hecho un nuevo progreso y ha tenido un nuevo inicio. Lo que el hombre siente por Él no es admiración, o más bien, no es sólo admiración. Su experiencia más profunda es un temor reverente y amor; su sentimiento es que Dios es, en efecto, maravilloso. Él hace la obra que el hombre no puede hacer, y dice cosas que el hombre no puede decir. Las personas que han experimentado Su obra siempre experimentan un sentimiento indescriptible. Las personas con experiencias más profundas aman especialmente a Dios. Siempre sienten Su amor, y sienten que Su obra es muy sabia, muy maravillosa, y esto genera un poder infinito entre ellos. No es un temor o un amor y respeto ocasionales, sino un sentimiento profundo de la compasión y la tolerancia que Dios tiene por el hombre. Sin embargo, las personas que han experimentado Su castigo y juicio sienten que Él es majestuoso e inviolable. Hasta las personas que han experimentado mucho de Su obra tampoco pueden entenderlo; todas las personas que verdaderamente lo reverencian saben que Su obra no va de acuerdo a las nociones de las personas, sino que siempre va contra sus nociones. No necesita a las personas para tener toda la admiración o para que aparenten que se someten a Él, sino más bien para que tengan una genuina reverencia y una verdadera sumisión. En mucho de Su obra, cualquiera que tenga una experiencia verdadera siente reverencia por Él, que es más que admiración. Las personas han visto Su carácter por Su obra de castigo y juicio y, por lo tanto, lo reverencian en sus corazones. Dios está destinado a ser reverenciado y obedecido porque Su ser y Su carácter no son los mismos que los de un ser creado y están por encima de los de un ser creado. Dios es un ser no creado y sólo Él es digno de reverencia y sumisión; el hombre no está calificado para esto. Así, todas las personas que han experimentado Su obra y verdaderamente lo conocen sienten reverencia por Él. Sin embargo, los que no sueltan sus nociones acerca de Él, es decir, los que sencillamente no lo ven como Dios, no tienen ninguna reverencia hacia Él, y aunque lo siguen no son conquistados; por naturaleza son personas desobedientes. Él hace esta obra para lograr el resultado de que todos los seres creados puedan reverenciar al Creador, adorarlo y someterse incondicionalmente a Su dominio. Este es el resultado final que toda Su obra tiene el objetivo de lograr. Si las personas que han experimentado esa obra no reverencian a Dios, aunque sea un poco, si su desobediencia del pasado no cambia para nada, entonces estas personas seguro serán eliminadas. Si la actitud que una persona tiene hacia Dios es sólo de admiración, o para mostrar respeto desde la distancia y no amarlo en lo más mínimo, esto es lo que alcanza una persona que no tiene un corazón para amar a Dios, y a esa persona le hacen falta las condiciones para ser perfeccionada. Si esa obra tan grande no es capaz de alcanzar el amor verdadero de una persona, esto quiere decir que la persona no ha ganado a Dios y no busca la verdad de un modo genuino. Una persona que no ama a Dios no ama la verdad y, por lo tanto, no puede ganar a Dios ni mucho menos recibir la aprobación de Dios. Tales personas, independientemente de cómo experimenten la obra del Espíritu Santo, e independientemente de cómo experimenten el juicio, siguen siendo incapaces de reverenciar a Dios. Estas son personas que no pueden cambiar su naturaleza, que tienen un carácter extremadamente malvado. Todos los que no reverencian a Dios deben ser eliminados, para ser objetos del castigo y para ser castigados igual que los que hacen el mal, sufriendo aún más que aquellos que han hecho cosas injustas.

Relámpago Oriental | La Iglesia de Dios Todopoderoso surgió en China por la obra de la segunda venida del Señor Jesús, el Cristo de los últimos días, “Dios Todopoderoso”, y no es establecida por ninguna persona. Cristo es la verdad, el camino y la vida. Después de leer la palabra de Dios, verás que Dios ha aparecido.

Todo se realiza por la palabra de Dios

Las palabras de Dios Todopoderoso:Todo se realiza por la palabra de Dios  
Dios pronuncia Sus palabras y realiza Su obra según las distintas eras, y en diferentes épocas profiere palabras diferentes. Dios no se ajusta a normas ni repite la misma obra, ni siente nostalgia por las cosas del pasado; Él es un Dios siempre nuevo, nunca es viejo, y cada día habla palabras nuevas. Tú deberías obrar de acuerdo con lo que se debería cumplir hoy; esta es la responsabilidad y el deber del hombre. Es fundamental que la práctica se centre en torno a la luz presente y a las palabras actuales de Dios. Él no se ciñe a normas y es capaz de hablar desde muchas perspectivas diferentes para manifestar con claridad Su sabiduría y Su omnipotencia. No importa si habla desde la perspectiva del Espíritu, del hombre, o de la tercera persona: Dios es siempre Dios, y tú no puedes decir que no lo sea, a causa de la perspectiva del hombre desde la que habla. Entre algunas personas han surgido conceptos como resultado de las distintas perspectivas desde las que Dios habla. Estas personas no tienen conocimiento de Dios ni de Su obra. Si Él hablara siempre desde una perspectiva, ¿no establecería el hombre normas sobre Dios? ¿Podría Él permitir que el hombre actuara de ese modo? Independientemente de la perspectiva desde la que Dios hable, Él tiene Sus objetivos para cada una de ellas. Si Dios tuviera que hablar siempre desde la perspectiva del Espíritu, ¿serías capaz de comprometerte con Él? Él habla, pues, en la tercera persona para proporcionarte Sus palabras y guiarte a la realidad. Todo lo que Dios hace es adecuado. En resumen, Dios lo hace todo y tú no deberías dudar respecto a esto. Siempre que sea Dios, no importa la perspectiva desde la que hable, porque sigue siendo Él. Esta verdad es inamovible. No importa la forma en que Él obre, sigue siendo Dios, ¡y Su esencia no cambiará! Pedro amó tanto a Dios y fue un hombre según Su corazón, pero Dios no dio testimonio de él como Señor o Cristo, porque la esencia de un ser es lo que es, y no puede cambiar jamás. En Su obra, Dios no se rige por normas, sino que emplea distintos métodos para que Su obra sea eficaz y aumente el conocimiento que el hombre tiene de Él. Cada método suyo ayuda al hombre a conocerle y su fin es perfeccionarlo. Independientemente del método que emplee para obrar, cada una tiene el propósito de edificar al hombre y perfeccionarlo. Aunque uno de Sus métodos pueda haber durado largo tiempo, el motivo es atemperar la fe del hombre en Él. Por tanto, no deberíais dudar. Todos estos son pasos de la obra de Dios, y vosotros deberíais obedecerlos.

Hoy día, se habla de la entrada a la realidad. No hay discurso sobre ascender al cielo o reinar como reyes; de lo único que se habla de perseguir la entrada a la realidad. No hay búsqueda más práctica que esta, y hablar de gobernar como reyes no es práctico. El hombre tiene gran curiosidad, y sigue midiendo la obra de Dios hoy según sus conceptos religiosos. Habiendo experimentado tantos métodos usados por Dios en Su obra, el hombre todavía no conoce la obra de Dios, aún sigue buscando señales y prodigios, e intenta constatar si las palabras divinas se han cumplido. ¿No es esto una gran ceguera? Sin el cumplimiento de las palabras de Dios, ¿seguirías creyendo que Él es Dios? Hoy, muchas personas así esperan en la iglesia contemplar señales y prodigios. Dicen: Si se cumplen las palabras de Dios, es que Él es Dios; de lo contrario, no es Dios. ¿Crees, pues, en Dios por el cumplimiento de Sus palabras, o porque Él es Dios mismo? ¡La opinión que el hombre tiene sobre creer en Dios debe corregirse! Cuando ves que las palabras de Dios no se han cumplido, sales corriendo; ¿es esto creer en Dios? Cuando crees en Él debes dejarlo todo a Su misericordia y obedecer toda la obra de Dios. Él pronunció tantas palabras en el Antiguo Testamento. ¿Cuáles de ellas has visto cumplirse con tus propios ojos? ¿Puedes afirmar que Jehová no es Dios, porque no lo has visto? Al ver que las palabras de Dios no se han cumplido, algunos desean escapar. ¡Quien quiera irse debería hacerlo; nadie los detiene! Inténtalo, ve si puedes huir. Una vez hayas huido, volverás. Dios te controla con Su palabra, y si abandonas la iglesia y la palabra de Dios, no tendrás forma de vivir. Si no crees esto, pruébalo por ti mismo; ¿crees que te puedes ir sin más? El Espíritu de Dios te controla y no puedes irte. ¡Es un decreto administrativo de Dios! Si algunas personas quieren intentarlo, ¡que lo hagan! Tú dices que esta persona no es Dios; comete un pecado contra Él y verás lo que hace. Es posible que tu carne no muera y que sigas siendo capaz de alimentarte y vestirte, pero mentalmente será insoportable; te sentirás estresado y atormentado; nada será más doloroso. El hombre no puede soportar el tormento y el deterioro mentales; quizás puedas soportar el sufrimiento de la carne, pero eres totalmente incapaz de soportar el estrés mental y el tormento duradero. Hoy no puedes ver señales y prodigios, y a pesar de ello nadie es capaz de salir huyendo, porque Dios usa Su palabra para controlar al hombre. Intangible, invisible, sin la llegada de hechos, pero el hombre no puede huir. ¿No son estas las acciones de Dios? Hoy, Él ha venido a la tierra para proveerle vida al hombre. Él no te coacciona, como muchos imaginan, mostrando señales y prodigios para asegurar una apacible relación entre Dios y el hombre. Todos aquellos cuyo enfoque no esté en la vida y que, en su lugar, se concentran en hacer que Dios haga señales y prodigios ¡son fariseos! En el principio fueron estos los que clavaron a Jesús en la cruz; si mides a Dios según tu propia opinión sobre creer en Él, creer en Él si Sus palabras se cumplen y dudando y hasta blasfemando contra Él si no lo son, ¿no estarás clavándole en la cruz? ¡Este tipo de personas son negligentes en sus deberes y gozan con avidez de la comodidad!
Por una parte, el mayor problema del hombre es que no conoce la obra de Dios. Aunque su actitud no sea de negación, sí es de duda; no niega, pero tampoco reconoce plenamente. Si las personas conocen a fondo la obra de Dios, no saldrán huyendo. Por otra parte, el hombre no conoce la realidad. Hoy, cada persona se ha comprometido con la palabra de Dios; de hecho, en el futuro no deberías pensar en contemplar señales y prodigios. Te lo digo claramente: Durante la etapa presente, lo único que podrás ver son las palabras de Dios y, aunque no hayan hechos, Su vida puede forjarse aún en el hombre. Esta obra es la principal del Reino Milenario, y si no puedes percibirla, te irás debilitando y caerás, te hundirás en pruebas y, lo más doloroso es que Satanás te tomará cautivo. Dios ha venido a la tierra principalmente para hablar Sus palabras, y tú te comprometes con Su palabra. Lo que ves y lo que oyes, aquello por lo que te riges y lo que experimentas es la palabra de Dios, y esta encarnación de Dios usa sobre todo la palabra para perfeccionar al hombre. No muestra señales y prodigios y, en especial, no hace la obra que Jesús realizó en el pasado. Aunque ellos son Dios y ambos son carne, no tienen el mismo ministerio. Cuando Jesús vino, también llevó a cabo parte de la obra de Dios, y pronunció algunas palabras; ¿pero cuál fue la obra principal que realizó? La obra de la crucifixión. Se hizo igual a la carne pecaminosa para completar la obra de la crucifixión y redimir a toda la humanidad, y por el pecado de toda la humanidad Él sirvió como ofrenda por el pecado. Esta es la obra principal que realizó. En última instancia, proporcionó la senda de la cruz para que guiara a los que vinieran más tarde. Cuando Jesús vino, fue principalmente para completar la obra de la redención. Redimió a toda la humanidad, y llevó el evangelio del reino de los cielos al hombre. Además, trajo el reino de los cielos. Como resultado, todos los que vinieron después dijeron: “Deberíamos caminar por la senda de la cruz y sacrificarnos por ella”. Por supuesto, en el principio Jesús también hizo alguna otra obra y habló algunas palabras para hacer que el hombre se arrepintiera y confesara sus pecados. Pero Su ministerio seguía siendo la crucifixión, y los tres años y medio que pasó predicando el camino fueron en preparación para la crucifixión que vino después. Las diversas ocasiones en que Jesús oró también fueron por la crucifixión. La vida de hombre corriente que llevó y los treinta y tres años y medio que vivió en la tierra fueron principalmente para completar la obra de la crucifixión; debían darle fuerza y capacitarlo para acometer esta obra, y como resultado Dios le encomendó a Él la obra de la crucifixión. Hoy, ¿qué obra realizará el Dios encarnado? Hoy, Dios se ha encarnado principalmente para completar la obra de “la Palabra aparece en carne”, para perfeccionar al hombre mediante el uso de la palabra, y hacer que acepte el trato y el refinamiento de la palabra. En Sus palabras Él hace que obtengas provisión y vida; en Sus palabras ves Su obra y Sus hechos. Dios usa la palabra para castigarte y refinarte; por tanto, si sufres dificultades, también es por la palabra de Dios. Hoy Dios no obra mediante hechos, sino con palabras. Solo después de que Su palabra haya descendido sobre ti podrá el Espíritu Santo obrar dentro de ti y hacer que sufras dolor o que sientas dulzura. Solo la palabra de Dios puede llevarte a la realidad, y solo ella es capaz de perfeccionarte. Así, como mínimo debes entender que la obra que Dios hizo durante los últimos días es principalmente el uso de Su palabra para perfeccionar a todas las personas y guiar al hombre. Toda la obra que hace es a través de la palabra; Él no usa hechos para castigarte. Hay veces en que algunos se resisten a Dios. Él no causa gran incomodidad para ti, no castiga tu carne ni sufres dificultad; pero en cuanto Su palabra viene sobre ti y te refina, es insoportable para ti. ¿No es esto así? En la época de los hacedores de servicio, Dios dijo que echara a un hombre en el abismo sin fondo. ¿Llegó el hombre realmente allí? Sencillamente a través del uso de las palabras para refinar al hombre, este entró en el abismo sin fondo. Y así, durante los últimos días, cuando Dios se hace carne usa principalmente la palabra para llevarlo todo a cabo y que todo quede claro. Solo en Sus palabras puedes ver lo que Él es; solo en Sus palabras puedes ver que Él es Dios mismo. Cuando el Dios encarnado viene a la tierra no realiza ninguna otra obra que no sea pronunciar palabras; por tanto, no hay necesidad de hechos, basta con las palabras. Esto se debe a que ha venido principalmente a hacer esta obra, a permitir que el hombre contemple Su poder y Su supremacía en Sus palabras, para que el hombre vea en ellas la humildad con la que Él se esconde y permitirle conocer Su totalidad en Sus palabras. Todo lo que Él tiene y es está en Sus palabras, Su sabiduría y todo lo maravilloso de Él están en Sus palabras. En esto te hace ver los numerosos métodos mediante los cuales Dios pronuncia Sus palabras. La mayoría de la obra de Dios, durante todo este tiempo, ha sido provisión, revelación y trato. Él no maldice al hombre a la ligera, y hasta cuando lo hace se sirve de la palabra. Así, en esta era en que Dios se hace carne, no intentes verle sanar y echar fuera demonios otra vez; no intentes siempre ver señales, ¡no sirve de nada! ¡Esas señales no pueden perfeccionar al hombre! Hablando claramente: Hoy, el verdadero Dios mismo de la carne solo habla y no actúa. ¡Esta es la verdad! Usa palabras para perfeccionarte, para alimentarte y para regarte. También usa palabras para obrar, y las usa en lugar de los hechos para que veas Su realidad. Si eres capaz de percibir este aspecto de la obra de Dios, te será difícil ser pasivo. En vez de que os centréis en cosas negativas, deberíais enfocaros solamente en lo positivo; esto quiere decir que, independientemente de que las palabras de Dios se cumplan o que se produzcan hechos, Dios hace que hombre obtenga vida de Sus palabras, y esta es la mayor señal de todas; aún más, es un hecho indiscutible. Esta es la mejor prueba a través de la cual tener conocimiento de Dios, y es una señal incluso mayor que las señales. Solo estas palabras pueden perfeccionar al hombre.
Tan pronto como comenzó la Era del Reino, Dios empezó a soltar Sus palabras. En el futuro, estas se irán cumpliendo y, en ese momento, el hombre crecerá en la vida. Que Dios use la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre es más práctico y más necesario; Él solo usa la palabra para hacer Su obra con el fin de perfeccionar la fe del hombre, porque hoy es la Era de la Palabra y exige la fe, la resolución y la colaboración del hombre. La obra del Dios encarnado de los últimos días es el uso de Su palabra para servir y proveer. Solo después de que el Dios encarnado haya acabado de pronunciar Sus palabras, estas empezarán a cumplirse. Durante el tiempo en que habla, Sus palabras no se cumplen, porque cuando Él está en la etapa de la carne, Sus palabras no pueden cumplirse. Esto es así para que el hombre pueda ver que Dios es carne y no Espíritu, y pueda contemplar Su realidad con sus propios ojos. El día en que Su obra esté completa, cuando todas las palabras que Él debía pronunciar en la tierra se hayan proferido, estas empezarán a cumplirse. Ahora no es la era del cumplimiento, porque Él no ha acabado de hablar Sus palabras. Por tanto, cuando veas que Dios sigue pronunciando Sus palabras en la tierra, no esperéis su cumplimiento; cuando Él deje de hablar Sus palabras, y cuando Su obra en la tierra haya acabado, entonces será el momento en que Sus palabras empiecen a cumplirse. En las palabras que Él pronuncia en la tierra existe, por una parte, la provisión de vida y, en la otra, hay profecía, la profecía de cosas por venir, de cosas que se harán, y de las cosas que todavía han de realizarse. También había profecía en las palabras de Jesús. En un aspecto, Él proveyó vida, y en otro, habló profecía. Hoy no hay conversación de llevar a cabo palabras y hechos al mismo tiempo, porque la diferencia entre lo que los propios ojos del hombre pueden ver y lo que Dios hace es demasiado grande. Solo se puede decir que, una vez que la obra de Dios haya acabado, Sus palabras se cumplirán y los hechos vendrán después de esta. En la tierra, el Dios encarnado de los últimos días realiza el ministerio de la palabra, y al llevarlo a cabo, solo pronuncia palabras y no se preocupa de otros asuntos. Una vez cambie la obra de Dios, Sus palabras empezarán a cumplirse. Hoy, las palabras se usan en primer lugar para perfeccionarte; cuando Él obtenga gloria en todo el universo, será el momento de que Su obra esté completa, cuando se habrán pronunciado todas las palabras que debían proferirse, y cuando todas ellas se habrán convertido en hechos. Dios ha venido a la tierra durante los últimos días para llevar a cabo el ministerio de la palabra, para que el hombre pueda conocerle y, de este modo, pueda ver en Su palabra lo que Él es, Su sabiduría y todos Sus hechos prodigiosos. Durante la Era del Reino, Dios usa principalmente la palabra para conquistar a todas las personas. En el futuro, Su palabra también descenderá sobre cada secta, grupo, nación y denominación; Dios usa la palabra para vencer, para hacer que todos los hombres vean que Su palabra conlleva autoridad y poder; por tanto, hoy, solo os enfrentáis a la palabra de Dios.
Las palabras habladas por Dios en esta era son distintas de las que pronunció durante la Era de la Ley, y, por consiguiente, difieren de las que dijo durante la Era de la Gracia, en la que Dios no hizo la obra de la palabra, sino que se limitó a describir la crucifixión para redimir a toda la humanidad. La Biblia solo describe la razón por la cual Jesús debía ser crucificado, y los sufrimientos a los que fue sometido en la cruz, y cómo el hombre debería ser crucificado para Dios. Durante aquella era, todo el trabajo realizado por Dios se centró en torno a la crucifixión. Durante la Era del Reino, el Dios encarnado pronuncia palabras para conquistar a todos los que creen en Él. Esto es “la Palabra aparece en carne”; Dios ha venido durante los últimos días para hacer esta obra, lo que significa que ha venido a efectuar el significado práctico de la Palabra aparece en carne. Él solo habla palabras y rara vez se producen hechos. Es la esencia misma de la Palabra aparece en carne y cuando el Dios encarnado pronuncia Sus palabras, es la aparición de la Palabra en la carne y la Palabra se hizo en carne. “En el comienzo existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios, y la Palabra se hizo carne”. Esto (la obra de la aparición de la Palabra en la carne) es la obra que Dios llevará a cabo en los últimos días, y es el capítulo final de todo Su plan de gestión; así, Dios tiene que venir a la tierra y manifestar Sus palabras en la carne. Lo que se hace hoy, lo que se hará en el futuro, lo que Dios llevará a cabo, el destino final del hombre, los que serán salvos, los que serán destruidos, etc., esta obra que debería realizarse al final se ha declarado con toda claridad, y su propósito es realizar el significado práctico de la Palabra aparece en carne. Los decretos y la constitución administrativos que se emitieron anteriormente, los que serán destruidos, los que entrarán en el reposo, todas esas palabras deben cumplirse. Es la obra que el Dios encarnado realizó principalmente durante los últimos días. Él hace que las personas comprendan adónde pertenecen los que fueron predestinados por Dios, y adónde van los que no son predestinados por Él; cómo serán clasificados Su pueblo y Sus hijos, lo que le ocurrirá a Israel y a Egipto. En el futuro, cada una de esas palabras se cumplirá. Los pasos de la obra de Dios se van acelerando. Dios usa la palabra como medio para revelarle al hombre lo que se debe hacer en cada era, lo que el Dios encarnado de los últimos días hará, y el ministerio que Él llevará a cabo; y todas estas palabras tienen el propósito de lograr el significado de la Palabra aparece en carne.
Con anterioridad he dicho que “Todos los que buscan contemplar señales y prodigios serán abandonados; no son ellos los que serán perfeccionados”. He hablado tantas palabras, y sin embargo no tienes ni el menor conocimiento de esta obra; llegados a este punto, sigues pidiendo señales y prodigios. ¿Es tu creencia en Dios la búsqueda de señales y prodigios que ver, o es para obtener vida? Jesús también pronunció muchas palabras que, hoy, todavía tienen que cumplirse. ¿Puedes afirmar que Jesús no es Dios? Dios dio testimonio de que Él era el Cristo y el amado Hijo de Dios. ¿Puedes negar esto? Hoy, Dios solo pronuncia palabras y si eres incapaz de saberlo a conciencia, no podrás permanecer firme. ¿Crees en Él porque es Dios, o lo haces basándote en si Sus palabras se han cumplido o no? ¿Crees en señales y prodigios, o en Dios? Hoy Él no muestra señales y prodigios; ¿es realmente Dios? Si las palabras que pronuncia no se cumplen, ¿es realmente Dios? ¿Queda Su esencia determinada por el hecho de que las palabras que pronuncia se cumplan o no? ¿Por qué algunos están siempre esperando el cumplimiento de las palabras de Dios antes de creer en Él? ¿No significa esto que no lo conocen? Todos los que poseen este tipo de conceptos son personas que niegan a Dios; usan conceptos para medirle; si Sus palabras se cumplen, creen en Él y si no, no lo hacen; y siempre buscan señales y prodigios. ¿Acaso no son los fariseos de los tiempos modernos? Que seas capaz de permanecer firme depende de que conozcas al Dios práctico: ¡esto es crucial! Cuanto mayor sea la realidad de la palabra de Dios en ti, mayor será tu conocimiento de la realidad de Dios, y más capaz serás de permanecer firme durante las pruebas. Cuanto más recurras a las señales y prodigios, más incapaz eres de permanecer firme y caerás en medio de las pruebas. Las señales y los prodigios no son el fundamento; solo la realidad de Dios es vida. Algunos no conocen los efectos que la palabra de Dios va a lograr. Se pasan los días desconcertados, sin buscar el conocimiento de la obra de Dios. Su búsqueda consiste en hacer que Dios cumpla siempre sus deseos, y solo después de esto son serios en su creencia. Dicen que buscarán la vida si las palabras de Dios se cumplen, pero que si no lo hacen, no hay posibilidad de que ellos procuren la vida. El hombre cree que creer en Dios es buscar contemplar señales y prodigios, y perseguir el ascender al cielo y al tercer cielo. Nadie afirma que creer en Dios sea la búsqueda de entrar en la realidad, buscar la vida y ser ganado por Dios. ¿Qué valor tiene esa búsqueda? ¡Los que no persiguen el conocimiento y la satisfacción de Dios son personas que no creen en Él, que blasfeman de Él!
¿Entendéis ahora lo que es creer en Dios? ¿Acaso es contemplar señales y prodigios? ¿Es ascender al cielo? Creer en Dios no es fácil. Hoy, se debería purgar ese tipo de práctica religiosa; buscar la manifestación de los milagros de Dios, Su sanidad y Su expulsión de demonios, que Él conceda paz y amplias gracias, lograr proyectos y comodidad para la carne, son prácticas religiosas, una forma imprecisa y abstracta de creencia. ¿Qué es hoy creer de verdad en Dios? Es la aceptación de Su palabra como la realidad de tu vida y el conocimiento de Dios a partir de Su palabra para lograr un amor verdadero hacia Él. Más claro: Es creer en Dios para que puedas obedecerle, amarle y llevar a cabo el deber que debería realizar una criatura de Dios. Este es el objetivo de creer en Dios. Se tiene que lograr el conocimiento de la hermosura de Dios, de lo digno que Él es de reverencia, de cómo Él hace la obra de salvación y de perfeccionamiento en Sus criaturas; esto es lo mínimo que debe poseer en su creencia de Dios. Creer en Dios es, principalmente, el cambio de la vida en la carne a la vida de amar a Dios, de una vida dentro de lo natural a una vida dentro del ser de Dios, es salir de debajo del dominio de Satanás y vivir bajo el cuidado y la protección de Dios, es ser capaz de lograr obedecer a Dios y no a la carne, es permitir que Él gane todo tu corazón, permitirle que te perfeccione y liberarte del carácter satánico corrupto. Creer en Dios es, principalmente, para que Su poder y Su gloria puedan manifestarse en ti y tú puedas realizar Su voluntad, Su plan y seas capaz de dar testimonio de Él delante de Satanás. Creer en Dios no debería ser para contemplar señales y prodigios ni por el bien de tu carne personal, sino para buscar conocer a Dios y ser capaz de obedecer, y, como Pedro, obedecerle hasta la muerte. Esto es, principalmente, lo que se puede lograr. Comer y beber la palabra de Dios es para conocerle y satisfacerle; te proporciona un mayor conocimiento de Él; solo después de esto puede obedecer a Dios. Solo conociéndole puedes amarle, y alcanzar su objetivo es la única meta que el hombre debería tener para creer en Dios. Si en tu forma de creer en Dios, siempre intentas contemplar señales y prodigios, el punto de vista de esta creencia en Dios es erróneo. Creer en Dios es, sobre todo, la aceptación de Su palabra como la realidad de la vida. Solo poniendo en práctica las palabras de Su boca y llevándolas a cabo dentro de ti alcanzarás la meta de Dios. Creyendo en Dios, el hombre debería perseguir que Él lo perfeccione, ser capaz de someterse a Él y la obediencia completa a Él. Si puedes obedecerle sin quejarte, tener en cuenta Sus deseos, alcanzar la estatura de Pedro y poseer el estilo de este del que Dios habla, será el momento en que habrás logrado el éxito en tu creencia en Dios, y esto significará que Dios te ha ganado.
Dios realiza Su obra en todo el universo. Todos los que creen en Él deben aceptar Su palabra, comerla y beberla; nadie puede ser ganado por Dios mediante la contemplación de señales y maravillas manifestados por Dios. A lo largo de las eras, Dios siempre ha usado la palabra para perfeccionar al hombre; por tanto, no deberías dedicar toda tu atención a señales y prodigios, sino que deberías buscar el ser perfeccionado por Dios. En la Era de la Ley del Antiguo Testamento, Dios pronunció algunas palabras, y en la Era de la Gracia, Jesús también habló muchas palabras. Después de que Jesús acaba de decir todo lo que dijo, los apóstoles y profetas que vinieron después hicieron que las personas practicaran según las leyes y los mandamientos establecidos por Jesús, e hicieron que experimentarán según los principios hablados por Jesús. El Dios de los últimos días usa, principalmente, la palabra para perfeccionar al hombre. No usa señales y prodigios para oprimir o convencer al hombre. Esto no puede manifestar con claridad el poder de Dios. Si Él solo mostrara señales y prodigios, sería imposible dejar clara Su realidad y, por tanto, sería imposible perfeccionar al hombre. Dios no hace al hombre perfecto con señales y prodigios, sino que usa la palabra para regarlo y pastorearlo; después de esto se logra la completa obediencia del ser humano y su conocimiento de Dios. Este es el objetivo de la obra que Él hace y de las palabras que Él pronuncia. Dios no usa el método de las señales y los prodigios para perfeccionar al hombre, sino que usa palabras y muchos métodos diferentes en Su obra para tal menester. Ya sea el refinamiento, el trato, la poda o la provisión de palabras, Dios habla desde muchas perspectivas diferentes para hacer al hombre perfecto y darle un mayor conocimiento de la obra, la sabiduría y la hermosura de Dios. Cuando el hombre sea hecho completo en el tiempo en que Dios concluya la era en los últimos días, estará cualificado para contemplar señales y prodigios. Cuando tengas conocimiento de Dios y seas capaz de obedecerle, haga lo que haga, verás señales y prodigios, porque no tendrás conceptos sobre la realidad de Dios. Por el momento, eres corrupto e incapaz de obedecer por completo a Dios; ¿estás cualificado para ver señales y prodigios? El momento en que Él muestra señales y prodigios es cuando castiga al hombre, y también cuando se produce el cambio de era y, además, cuando la era concluya. Cuando la obra de Dios se lleva a cabo de un modo normal, Él no muestra señales y prodigios. Esto es sumamente fácil, pero no es el principio de la obra de Dios ni tampoco el objetivo de la gestión divina del hombre. Si este viera señales y prodigios, y si el cuerpo espiritual de Dios tuviera que aparecérsele al hombre, ¿no “creería” todo el mundo en Dios? Ya he dicho antes que un grupo de vencedores será ganado del Este, vencedores que procedente de una gran tribulación. ¿Qué significan estas palabras? Quieren decir que estas personas que han sido ganadas solo obedecieron de verdad después de pasar por el juicio y el castigo, de ser tratados y podados, y de todo tipo refinamiento. La creencia de estas personas no es imprecisa ni abstracta, sino práctica. No han visto señales y prodigios ni milagros; no hablan de letras y doctrinas incomprensibles ni de percepciones profundas, sino que tienen realidad y las palabras de Dios, y un conocimiento verdadero de Su realidad. ¿Acaso no es capaz un grupo así de dejar claro el poder de Dios? Su obra durante los últimos días es obra práctica. Durante la era de Jesús, Él no vino a perfeccionar al hombre, sino a redimirlo y, por tanto, manifestó algunos milagros para hacer que las personas le siguieran. Y es que Él vino principalmente a completar la obra de la crucifixión, y mostrar señales no formaba parte de la obra de Su ministerio. Aquellas señales y prodigios fue algo que hizo para que Su obra fuera más eficaz; era trabajo extra y no representaba la obra de toda la era. Durante la Era de la Ley del Antiguo Testamento, Dios también mostró algunas señales y prodigios, pero la obra que Dios realiza hoy es trabajo práctico, y desde luego no hará señales y prodigios ahora. Tan pronto como mostrara señales y prodigios, Su obra práctica caería en el desorden, y Él sería incapaz de hacer alguna obra más. Si Dios dijo que se usara la palabra para perfeccionar al hombre, pero también mostrara señales y prodigios, ¿quedaría claro que el hombre creyera de verdad en Él? Dios no hace, pues, tales cosas. En el hombre hay demasiada religión; Dios ha venido durante los últimos días a expulsar todos los conceptos religiosos y las cosas sobrenaturales que hay en el hombre, y hacer que este conozca la realidad de Dios. Ha venido a quitar una imagen abstracta y fantasiosa de Dios; en otras palabras, una imagen que no existe en absoluto. ¡De modo que ahora, lo único precioso es que tengas conocimiento de la realidad! La verdad lo invalida todo. ¿Cuánta verdad posees hoy? ¿Es Dios todo lo que muestra señales y maravillas? Los espíritus malignos también pueden hacer señales y prodigios; ¿son todos ellos Dios? En su creencia en Dios, lo que el hombre busca es la verdad, lo que persigue es la vida y no señales y prodigios. Este debería ser el objetivo de todos los que creen en Dios.
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