El objetivo y la relevancia de la obra de Dios en la Era de la Gracia

Versículo relevantes:

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El (Juan 3:17).

Palabras relevantes de Dios:

Jesús representa toda la obra de la Era de la Gracia; Él fue encarnado y crucificado, e inauguró la Era de la Gracia. Él fue crucificado con el fin de completar la obra redentora, para poner fin a la Era de la Ley y comenzar la Era de la Gracia, y por ello fue llamado el “Comandante Supremo”, la “Ofrenda por el Pecado”, el “Redentor”. Por ende, la obra de Jesús fue diferente en contenido de la obra de Jehová, a pesar de que ambas eran en principio lo mismo. Jehová comenzó la Era de la Ley, estableció su sede principal, el lugar de nacimiento, de Su obra en la tierra, y dio los mandamientos; esos fueron dos de Sus logros, los cuales representan la Era de la Ley. La obra que Jesús llevó a cabo en la Era de la Gracia no fue emitir mandamientos, sino el cumplimiento de los mandamientos, dando paso así a la Era de la Gracia y concluyendo la Era de la Ley que duró dos mil años. Fue el pionero, marcando el comienzo de la Era de la Gracia, sin embargo, la redención continuó siendo el núcleo de Su obra. Por lo que Sus logros también siguieron siendo dos: la apertura de una nueva era, y completar la obra de redención a través de Su crucifixión. Luego se fue. En ese momento, la Era de la Ley llegó a su fin y la humanidad entró en la Era de la Gracia.

La obra de Jesús se hizo de acuerdo con las necesidades del hombre en esa era. Su obra consistía en redimir a la humanidad, perdonarlos por sus pecados, por lo que todo Su carácter fue uno de humildad, paciencia, amor, piedad, tolerancia, misericordia y amorosa bondad. Él bendijo profusamente a la humanidad y le trajo gracia en abundancia y todas las cosas que les fuera posible disfrutar, Él se las dio para su gozo: paz y felicidad, Su tolerancia y amor, Su misericordia y bondad. En aquellos días, todo lo que el hombre encontró fue una abundancia de cosas para disfrutar: su corazón estaba en paz y tranquilo, su espíritu consolado, y estaba sustentado por el Salvador Jesús. Que la humanidad pudiese obtener estas cosas fue una consecuencia de la era en la que vivió. En la Era de la Gracia el hombre ya había sido corrompido por Satanás, por lo que, para surtir efecto, la obra de redimir a toda la humanidad requirió gracia en abundancia, tolerancia y paciencia infinitas y, aún más, una ofrenda adecuada para expiar los pecados de la humanidad. Lo que la gente vio en la Era de la Gracia fue simplemente Mi ofrenda por los pecados de la humanidad: Jesús. Y sólo sabían que Dios podía ser misericordioso y paciente, sólo vieron la misericordia y la amorosa bondad de Jesús. Esto fue así porque vivían en la Era de la Gracia. Así que antes de que pudieran ser redimidos, tuvieron que gozar de abundante gracia dada por Jesús; sólo esto fue beneficioso para ellos. De esta manera, ellos podrían ser perdonados de sus pecados mediante su gozo de la gracia, y podrían tener la oportunidad de ser redimidos por medio del gozo de la tolerancia y paciencia de Jesús. Sólo a través de la tolerancia y paciencia de Jesús fueron ellos capaces de recibir el perdón y de gozar de la abundancia de la gracia otorgada por Jesús, del mismo modo que Jesús dijo: “Yo no he venido para redimir a los justos sino a los pecadores, permitiendo que sus pecados sean perdonados”. Si Jesús hubiese sido encarnado con un carácter de juzgar, maldecir, y ser intolerante ante los delitos del hombre, entonces el hombre nunca hubiera tenido la oportunidad de ser redimido, y habría permanecido para siempre en el pecado; por lo que el plan de gestión de seis mil años no hubiese progresado más allá de la Era de la Ley. La Era de la Ley se habría prolongado durante seis mil años, los pecados del hombre se habrían incrementado en mayor número y gravedad, y la creación de la humanidad hubiese sido en vano. Los hombres sólo hubiesen podido servir a Jehová bajo la ley, pero sus pecados hubiesen superado los de los primeros seres humanos que fueron creados. Cuanto más Jesús amaba a la humanidad, le perdonaba sus pecados y le otorgaba suficiente misericordia y amorosa bondad, mayor era la posibilidad de la humanidad de ser salvada, y ser llamada los corderos perdidos que Jesús recuperó a un precio muy alto. Satanás no pudo entrometerse en esta obra, porque Jesús trató a Sus seguidores como una madre amorosa trata a un bebé en sus brazos. No se enojó con ellos ni los despreció, sino que más bien estuvo lleno de consuelo; nunca se puso furioso entre ellos, sino que toleró sus pecados y se hizo la vista gorda ante su necedad e ignorancia, de tal manera que Él dijo, “Perdonad a otros setenta veces siete”. Así fue que Su corazón reformó los corazones de los demás, y de esta manera fue que las personas recibieron el perdón a través de Su tolerancia.

de ‘La verdad interna sobre la obra en la Era de la Redención’ en “La Palabra manifestada en carne”

Aunque Jesús, siendo Dios encarnado, no poseía ninguna clase de emoción, Él siempre consoló a Sus discípulos, proveyó para ellos, los ayudó y los mantuvo. Sin importar la cantidad de obra que hiciera o la cantidad de sufrimiento que soportaba, Él nunca hizo demandas excesivas a las personas, sino que siempre fue paciente y tolerante frente a sus pecados, de manera tal que en la Era de la Gracia Él fuera conocido cariñosamente como “el amado Salvador Jesús”. Para la gente de esa época —para todas las personas— lo que Jesús tenía y era, era misericordia y amorosa bondad. Nunca se acordaba de las transgresiones de la gente o dejaba que esas transgresiones afectaran la manera en que Él la trataba. Porque aquella fue una época diferente, Él con frecuencia otorgaba abundante comida y bebida sobre la gente para que pudieran comer hasta saciarse. Él trataba a todos Sus seguidores con bondad, sanando a los enfermos, expulsando a los demonios, resucitando a los muertos. Con el fin de que las personas creyeran en Él y vieran que todo lo que Él hacía era hecho con devoción y sinceridad, llegó al punto de resucitar un cadáver en descomposición, para mostrarles que en Sus manos hasta los muertos podrían volver a la vida. De esta manera Él soportó en silencio entre ellos y realizó Su obra redentora. Incluso antes de ser clavado en la cruz, Jesús ya había llevado los pecados de la humanidad y ya se había convertido en ofrenda por los pecados de la humanidad. Ya Él había abierto el camino hacia la cruz para redimir a la humanidad mucho antes de ser crucificado. Finalmente fue clavado en la cruz, se sacrificó por el bien de la cruz, y ha otorgado toda Su misericordia, amorosa bondad y santidad sobre la humanidad. Él persistió en tolerar a la gente, nunca buscando la venganza, sino perdonándolos por sus pecados, exhortándolos al arrepentimiento, y enseñándoles a tener paciencia, tolerancia y amor, para que siguieran Sus pasos y se sacrificaran por causa de la cruz. Su amor por los hermanos y hermanas superaba a Su amor por María. El principio de la obra que Él llevó a cabo fue sanar a las personas y expulsar demonios, todo en aras de Su redención. No importara a dónde fuera, siempre trató con bondad a todos los que le siguieron. Él hizo ricos a los pobres, hizo caminar a los paralíticos, hizo que los ciegos vieran, que los sordos oyeran; Él incluso invitaba a los más humildes y desposeídos, a los pecadores, a comer con Él; no los evitaba, pero siempre con paciencia, inclusive les decía: “Cuando un pastor pierde una oveja de cien, dejará atrás a las noventa y nueve para ir a buscar a la oveja perdida, y cuando la encuentre se regocijará en gran medida”. Él amaba a Sus seguidores como una oveja ama sus corderos. A pesar de que eran necios e ignorantes, y eran pecadores ante Sus ojos, y además eran los miembros más humildes de la sociedad, Él veía a estos pecadores —a quienes otros despreciaban— como la niña de Sus ojos. Porque Él los favoreció, dio Su vida por ellos, y como un cordero fue ofrecido en el altar. Él caminó entre ellos como su sirviente, permitiendo que ellos abusaran de Él y lo mataran, sometiéndose a ellos incondicionalmente. Para Sus seguidores Él fue el amado Salvador Jesús, pero para los fariseos que sermoneaban a la gente desde un alto pedestal, Él no mostró misericordia y bondad, sino por el contrario, los aborrecía y detestaba. Él no hizo mucho trabajo entre los fariseos, sólo ocasionalmente les daba sermones y los reprendía; no los redimió, ni realizó señales ni prodigios en su presencia. Otorgó Su misericordia y amorosa bondad para Sus seguidores, soportando por el bien de esos pecadores hasta el mero final cuando fue clavado en la cruz, soportando toda clase de humillaciones, hasta que hubo redimido a toda la humanidad por completo. Esta fue la suma total de Su obra.

Sin la redención de Jesús, la humanidad hubiese vivido para siempre en el pecado y se hubiese convertido en los hijos del pecado, los descendientes de los demonios. Si esto hubiese continuado, la tierra entera se habría convertido en un lugar de alojamiento para Satanás, en un lugar para su residencia. Pero la obra redentora requirió de misericordia y amorosa bondad hacia la humanidad; sólo a través de ello es que la humanidad pudo recibir el perdón y al final estar calificada para ser completada y totalmente ganada. Sin esta etapa de la obra, el plan de gestión de seis mil años no hubiese sido posible que progresara. Si Jesús no hubiera sido crucificado, si sólo hubiese sanado a la gente y exorcizado sus demonios, entonces las personas no hubiesen sido completamente perdonadas de sus pecados. Los tres años y medio que Jesús hizo Su obra sobre la tierra, sólo completó la mitad de Su obra redentora; luego, al ser clavado en la cruz y convertirse a semejanza de la carne del pecado, al ser entregado al maligno, Él completó la obra de la crucifixión y adquirió el control del destino de la humanidad. Sólo después de haber sido entregado a las manos de Satanás, es cuando la humanidad fue redimida. Durante treinta y tres años y medio que Él padeció en la tierra, fue ridiculizado, calumniado, y abandonado, incluso fue dejado sin un lugar donde reclinar Su cabeza, sin lugar de descanso; luego, fue crucificado, todo Su ser —un cuerpo inmaculado e inocente— fue clavado en la cruz, y fue sometido a toda clase de sufrimiento. Los que estaban en el poder se burlaban de Él y lo azotaron, y hasta los soldados escupieron en el rostro; mas Él permaneció en silencio y soportó hasta el final, sometiéndose incondicionalmente hasta el punto de morir, con lo cual redimió a toda la humanidad. Sólo entonces se le permitió descansar. La obra de Jesús representa solamente la Era de la Gracia; no representa la Era de la Ley y no es un sustituto de la obra de los últimos días. Esta es la esencia de la obra de Jesús en la Era de la Gracia, la segunda era que ha atravesado la humanidad —la Era de la Redención—.

de ‘La verdad interna sobre la obra en la Era de la Redención’ en “La Palabra manifestada en carne”

“Jesús” es Emanuel, y significa la ofrenda por el pecado que está llena de amor, de compasión, y redime al hombre. Él realizó la obra de la Era de la Gracia, y representa la Era de la Gracia, y sólo puede representar una parte del plan de gestión. […] Sólo Jesús es el Redentor de la humanidad. Él es la ofrenda por el pecado que redimió a esta del mismo. Es decir, el nombre de Jesús vino de la Era de la Gracia, y existió por la obra de redención en la misma. El nombre de Jesús existió para permitir a las personas de dicha Era nacer de nuevo y ser salvos, y es un nombre particular para la redención de toda la humanidad. Y por tanto el nombre de Jesús representa la obra de la redención, y denota la Era de la Gracia. […] “Jesús” representa la Era de la Gracia, y es el nombre del Dios de todos aquellos que fueron redimidos durante la Era de la Gracia.

de ‘El Salvador ya ha regresado en una “nube blanca”’ en “La Palabra manifestada en carne”

Las declaraciones y la obra de Jesús en esa época no se sujetaron a doctrina, y Él no llevó a cabo Su obra de acuerdo a la obra de la ley del Antiguo Testamento. La realizó según la obra que debía realizarse en la Era de la Gracia. Trabajó de acuerdo a la obra que Él mismo había establecido, según Su propio plan y según Su ministerio; Él no obró de acuerdo a la ley del Antiguo Testamento. Nada de lo que hizo fue según la ley del Antiguo Testamento, y Él no vino a obrar para cumplir las palabras de los profetas. Cada etapa de la obra de Dios no tenía lugar expresamente con el fin de cumplir las predicciones de los antiguos profetas y Él no vino para atenerse a la doctrina o para hacer realidad deliberadamente las predicciones de los antiguos profetas. Sin embargo, Sus acciones no alteraron dichas predicciones ni perturbaron la obra que Él realizó anteriormente. La idea sobresaliente de Su obra no era ceñirse a ninguna doctrina, sino llevar a cabo la obra que Él mismo debía realizar. No era un profeta o un vidente, sino un hacedor que vino realmente a llevar a cabo la obra que tenía que realizar, y vino a abrir Su nueva era y a llevar a cabo Su nueva obra.

de ‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”

Sólo pudo haber una nueva era cuando Jesús vino a hacer una nueva obra, a inaugurar una nueva era e irrumpir a través de la obra que se había hecho con anterioridad en Israel; Él no llevó Su obra según la que Jehová hizo en Israel, no cumplió con Sus viejas reglas ni siguió ninguna norma. Llevó a cabo la nueva obra que debía hacer. Dios mismo viene a iniciar una era y también viene a poner fin a esa era. El hombre es incapaz de realizar la obra de comenzar una era y concluirla. Si Jesús no llevó la obra de Jehová a su fin, esto demuestra que era meramente un hombre y no representó a Dios. Precisamente porque Jesús vino y acabó la obra de Jehová, siguió a partir de esta iniciando la suya propia, una nueva, esto demuestra que esta fue una nueva era y que Jesús era Dios mismo.

de ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado.

de ‘La visión de la obra de Dios (2)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Para el hombre, la crucifixión de Dios concluyó la obra de Su encarnación, redimió a toda la humanidad y esto le permitió tomar posesión de las llaves del Hades. Todos piensan que Su obra se ha cumplido por completo. En realidad, para Dios sólo se ha realizado una pequeña parte de Su obra. Sólo ha redimido a la humanidad; no la ha conquistado, y menos aún ha cambiado la fealdad de Satanás en el hombre. Por esta razón, Dios afirma: “Aunque Mi carne encarnada pasó por el dolor de la muerte, esa no fue la meta total de Mi encarnación. Jesús es Mi amado Hijo y fue clavado en la cruz por Mí, pero no concluyó del todo Mi obra. Sólo llevó a cabo una porción de ella”. Así, Dios empezó la segunda ronda de planes para continuar con la obra de la encarnación. La intención suprema de Dios consiste en perfeccionar y ganar a todos los rescatados de las manos de Satanás […].

de ‘Obra y entrada (6)’ en “La Palabra manifestada en carne”

La mejor música cristiana | Sólo los honestos se asemejan a un humano


La mejor música cristiana | Sólo los honestos se asemejan a un humano (MV)


I

Antes perseguía la fortuna y la fama.

Mis principios abandoné.

Mentía sin parar, no tenía conciencia, no entendía de moral.

Integridad o dignidad, nada de eso era importante para mí.

II

Sólo vivía para saciar pasiones mundanas: avaricia y lujuria.

Me regodeaba en el pecado con un corazón frágil y oprimido.

No podía escapar de esta eterna oscuridad.

La riqueza y los placeres efímeros

no ocultaban el vacío interior.

¿Por qué es tan difícil ser íntegro en la vida?

¿Qué mundo es este en el que el hombre es tan malo?

¿Quién puede salvarme?

Escuché la voz de Dios y regresé ante Él.

La verdad de Sus palabras limpia mi corrupción.

Sus palabras de juicio y castigo son mis compañeras de vida.

Aceptar Su escrutinio trae paz a mi corazón.

No más engaños ni decepciones; vivo en la luz.

Abierta y honesta de corazón,

vivo como un ser humano por fin.

III

Me beneficio al leer Sus palabras,

al leerlas todos los días.

Ahora comprendo muchas verdades,

las normas del comportamiento humano.

He pasado por pruebas, he visto Su rostro.

Con Sus palabras, he ganado nueva vida

y puedo ser una persona honesta.

Escuché la voz de Dios y regresé ante Él.

La verdad de Sus palabras limpia mi corrupción.

Sus palabras de juicio y castigo son mis compañeras de vida.

Aceptar Su escrutinio trae paz a mi corazón.

No más engaños ni decepciones; vivo en la luz.

Abierta y honesta de corazón,

vivo como un ser humano por fin.

¡Siempre daré las gracias por el amor de Dios y Su salvación!

Siempre daré las gracias a Dios Todopoderoso.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Escuchar más : música cristiana alegre

Himno cristiano 2019 | El significado interior de la obra de conquista



Himno cristiano 2019 | El significado interior de la obra de conquista


I

El significado interior de la conquista del hombre es volver al Creador.

El hombre debe dar la espalda a Satanás y dirigirse por completo a Dios.

Es la completa salvación del hombre; la ardua conquista, la batalla final.

Es la última etapa del plan victorioso de Dios.

Sin esto, no hay hombre que se salve, ni victoria que se gane a Satanás;

ningún hombre llega a buen destino;

la humanidad sufre la influencia de Satanás.

Y su derrota debe ser anterior a la salvación del hombre.

Pues toda obra de Dios es por el bien del hombre, del hombre, del hombre.

II

La conquista final trae la salvación y revela el destino.

Por el juicio, arrepentimiento y despertar a la senda virtuosa de la vida,

se despiertan los corazones entumecidos.

El desobediente será juzgado, su rebelión interior quedará al desnudo.

Pero si el hombre no se arrepiente, no sigue el camino correcto,

ni se deshace de la corrupción interior,

Satanás lo engullirá, sin rescate o salvación.

Tal es el propósito de la conquista de Dios: salvar a la gente, revelar su final

que, bueno o malo, se revelará en la conquista de Dios.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Fuente: Relámpago Oriental

Película cristiana en español latino | "El pueblo del reino celestial" Basada en una historia real


Película cristiana en español latino | "El pueblo del reino celestial" Basada en una historia real


El Señor Jesús dijo: "En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo 18:3). El Señor Jesús nos dijo que sólo los honestos pueden entrar en el reino de los cielos; sólo los honestos pueden ser el pueblo del reino. Esta película narra la historia de cómo la cristiana Cheng Nuo experimenta la obra de Dios, y del transcurso de su búsqueda para convertirse en una persona honesta en la vida.

Cheng Nuo era médico. Pese a creer en Dios, cuando se encuentra con cosas que afectan a sus intereses y que afronta en su vida cotidiana, no puede evitar mentir y engañar. Al enfrentar pruebas y dificultades, llega a malinterpretar a Dios y quejarse de Él, pero, a base de buscar la verdad una y otra vez, comprende el origen de su falta de honestidad y de su naturaleza satánica, egoísta y deleznable. Comienza a centrarse en la búsqueda de la verdad con la finalidad de corregir su tendencia a mentir y la falta de honestidad en su corazón. Posteriormente, cuando el gobierno del partido comunista chino la detiene en el cumplimiento del deber y sufre una demoledora tortura, ella está dispuesta a morir antes que a mentir y rechaza renegar de Dios. Poco a poco, Cheng Nuo es capaz de convertirse en una persona honesta y de amar y obedecer verdaderamente a Dios. Entonces, ¿cuál es realmente su historia?


Scripture quotations taken from LBLA (http://www.LBLA.com). Copyright by The Lockman Foundation.

Conocer el propósito de las tres etapas de la obra de Dios relacionada con Su gestión de la humanidad

2. Conocer el propósito de las tres etapas de la obra de Dios relacionada con Su gestión de la humanidad
Palabras relevantes de Dios:

Todo Mi plan de gestión, el cual se extiende por seis mil años, consta de tres etapas, o de tres eras: la Era de la Ley al comienzo, la Era de la Gracia (que es también la Era de la Redención) y, finalmente, la Era del Reino. Mi obra en estas tres eras difiere según la naturaleza de cada era, pero en cada etapa se ajusta a las necesidades del hombre, o para ser más precisos, se hace en función de los trucos empleados por Satanás en Mi guerra contra él. El objetivo de Mi obra es derrotar a Satanás, para manifestar Mi sabiduría y Mi omnipotencia, develar todos los trucos de Satanás y, por ende, salvar a toda la humanidad que vive bajo su campo de acción. Tiene el objeto de mostrar Mi sabiduría y Mi omnipotencia, mientras que al mismo tiempo revele lo horrendo de Satanás. Aún más, está orientado a enseñar a Mis creaciones a discriminar entre el bien y el mal, a reconocer que Yo soy el Gobernador de todas las cosas, para que se vea claramente que Satanás es el enemigo de la humanidad, el más bajo de lo bajo, el maligno, y para aclarar la diferencia entre el bien y el mal, la verdad y la falsedad, la santidad y la suciedad, la grandeza y la bajeza; que todo quede tan claro como el día. De esta manera, la humanidad ignorante puede dar testimonio de Mí, de que no soy Yo quien corrompe a la humanidad, y que sólo Yo, el Creador puede salvar a la humanidad, y que puede conceder a las personas cosas para el disfrute; y que ellas lleguen a saber que Yo soy el Gobernador de todas las cosas, y que Satanás no es más que una de Mis creaciones, que posteriormente se volvió contra Mí. Mi plan de gestión de seis mil años consta de tres etapas con el fin de lograr el siguiente efecto: permitir que Mis creaciones sean Mis testimonios, que conozcan Mi voluntad, que vean que Yo soy la verdad.

de ‘La verdad interna sobre la obra en la Era de la Redención’ en “La Palabra manifestada en carne”

Hoy, resumiremos primero los pensamientos, las ideas y cada movimiento de Dios desde que creó a los seres humanos, y echaremos un vistazo a la obra que llevó a cabo a partir de la creación del mundo y hasta el inicio oficial de la Era de la Gracia. Entonces podremos descubrir cuáles de los pensamientos y de las ideas de Dios le son desconocidos al hombre y, desde ahí, podremos aclarar el orden del plan de Dios para Su obra de gestión, entender a fondo el contexto en el que la creó, la fuente y el proceso de desarrollo de esta, y asimismo comprender por completo qué resultados quiere obtener de ella, es decir, el núcleo y el propósito de la misma. Para entender estas cosas tenemos que remontarnos a un tiempo lejano, en calma y silencioso en el que no había seres humanos…

Cuando Dios se levantó de Su lecho, Su primer pensamiento fue este: crear a una persona viva, un ser humano viviente y real, alguien con quien vivir y que fuera Su compañero constante. Esta persona podría escucharle y Dios podría confiar en ella y hablar con ella. Entonces, por primera vez, Dios agarró un puñado de tierra y la usó para crear a la primera persona viva que Él había imaginado, y le puso nombre: Adán. ¿Cómo se sintió, una vez conseguida esta persona que vivía y respiraba? Por primera vez, sintió el gozo de tener a un ser amado, un compañero; también la responsabilidad de ser padre y la preocupación que le acompaña. Esta persona viva que respiraba, le produjo a Dios felicidad y gozo; Él se sintió consolado por primera vez. Fue lo primero que Dios había hecho jamás que no se llevara a cabo con Sus pensamientos o incluso Sus palabras, sino con Sus propias dos manos. Cuando este tipo de ser —una persona viva, que respiraba— estuvo delante de Dios, en carne y hueso, con cuerpo y forma, y capaz de hablar con Él, experimentó una especie de gozo que nunca antes había sentido. Sintió en verdad Su responsabilidad y este ser viviente no sólo tiró de su corazón, sino que cada uno de sus pequeños movimientos también lo conmovieron y dieron calor a Su corazón. De modo que, cuando este ser viviente estuvo delante de Dios, fue la primera vez que Él tuvo la idea de ganar más personas como esta. Esta fue la serie de acontecimientos que se iniciaron con este primer pensamiento que Dios tuvo. Para Él, todos estos sucesos estaban ocurriendo por primera vez, pero en ellos, independientemente de lo que Él sintiera en aquel momento —gozo, responsabilidad, preocupación—, no había nadie con quien poderlo compartir. Desde ese momento, Dios sintió realmente una soledad y una tristeza como nunca antes. Percibió que los seres humanos no podían aceptar ni comprender Su amor y Su preocupación, o Sus intenciones por la humanidad, de manera que aún sintió tristeza y dolor en Su corazón. Aunque había hecho aquellas cosas para el hombre, este no era consciente de ello ni lo entendía. Al margen de la felicidad, del gozo y del consuelo que el hombre le proporcionó, esto pronto trajo consigo Sus primeros sentimientos de tristeza y soledad. Estos eran los pensamientos y los sentimientos de Dios en aquel momento. Mientras Él estaba haciendo todas estas cosas, en Su corazón pasaba del gozo a la tristeza y de la tristeza al dolor, todo ello mezclado con ansiedad. Todo lo que Él quería hacer era apresurarse para hacerle saber a esta persona, a esta raza humana, con prontitud lo que había en Su corazón y que ella entendiera cuanto antes Sus intenciones. Entonces podrían convertirse en Sus seguidores y estar en armonía con Él. Ya no escucharían hablar a Dios y se quedarían sin palabras; dejarían de ignorar cómo unirse a Él en Su obra; por encima de todo, ya no serían personas indiferentes a los requisitos divinos. Estas primeras cosas que Dios llevó a cabo están llenas de sentido y encierran gran valor para Su plan de gestión y para los seres humanos de hoy.

Después de crear todas las cosas y a los seres humanos, Dios no descansó. No podía esperar para realizar Su gestión ni para ganar de entre la humanidad a aquellas personas a las que tanto amaba.

Él ve esta vez de gestión de la humanidad, de salvar a los seres humanos, como lo más importante de todo. No sólo hace estas cosas con Su mente o con Sus palabras y, sobre todo, no lo hace de manera casual; las realiza todas con un plan, una meta, principios y con Su voluntad. Es evidente que esta obra para salvar a la humanidad tiene una gran relevancia tanto para Dios como para el hombre. No importa la dificultad de la obra ni lo grandes que sean los obstáculos, ni lo débiles que sean los seres humanos, ni lo profunda que sea la rebeldía de la humanidad; nada de esto es difícil para Dios. Él se mantiene ocupado, dedicando Sus meticulosos esfuerzos y gestionando la obra que Él mismo quiere llevar a cabo. Asimismo, lo dispone todo y gobierna a todas las personas y la obra que quiere realizar; nada de esto se ha hecho antes. Es la primera vez que Dios ha usado estos métodos y pagado un gran precio por este importante proyecto de gestión y salvación de la humanidad. Aunque Dios está llevando a cabo esta obra, les está expresando a los seres humanos, poco a poco y sin reserva, Sus concienzudos esfuerzos, lo que Él tiene y es, Su sabiduría y Su omnipotencia, y cada aspecto de Su carácter. Él revela todo esto a la humanidad de manera incondicional, poco a poco, desvelando y expresando estas cosas como no lo ha hecho nunca antes. Así que, en todo el universo, aparte de las personas a las que Dios se propone dirigir y salvar, nunca ha habido criaturas tan cercanas a Dios que tengan semejante relación íntima con Él. En Su corazón, la humanidad que Él quiere dirigir y salvar es lo más importante y Él la valora por encima de todo lo demás; aunque ha pagado un gran precio por ellos, y aunque se siente continuamente herido por ellos y ve que le desobedecen, jamás abandona respecto a ellos y sigue incansablemente en Su obra, sin quejas ni pesares. Esto se debe a que Él sabe que, tarde o temprano, los seres humanos despertarán un día gracias a Su llamado y se conmoverán con Sus palabras, reconocerán que Él es el Señor de la creación y regresarán a Su lado…

de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III’ en “La Palabra manifestada en carne”

En otras palabras, independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su objetivo consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y la voluntad de Dios para él; dicho de otro modo, esto es producir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como obedecer Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles ver a las personas la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás en medio de las tentaciones y los ataques, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, interferencias y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él y su obediencia a Él, así como su fe en Él y su temor de Él, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Sólo entonces se habrán liberado por completo del campo de acción de Satanás. La liberación de las personas significa que ha sido derrotado, que ellas han dejado de ser comida en su boca y que, en lugar de tragárselos, Satanás ha renunciado a ellos. Esto se debe a que esas personas son rectas, tienen fe, obediencia, y le temen a Dios, y porque rompen del todo con Satanás. Acarrean vergüenza sobre este, lo convierten en un cobarde, y lo derrotan por completo. Su convicción al seguir a Dios, su obediencia a Él y su temor de Él derrotan a Satanás, y hacen que este los abandone completamente. Sólo las personas como estas han sido verdaderamente ganadas por Dios, y este es Su objetivo supremo al salvar al hombre.

de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”

Así es la gestión de Dios: entregar la humanidad a Satanás —una humanidad que no sabe qué es Dios, qué es el Creador, cómo adorar a Dios y por qué es necesario someterse a Él— y dar rienda suelta a la corrupción de Satanás. Paso a paso, Dios recupera al hombre de las manos de Satanás, hasta que adora al primero y rechaza al segundo. Esta es la gestión de Dios. Todo esto suena a historia mitológica; y parece sorprendente. Las personas sienten que es como una historia mitológica, y eso se debe a que no tienen ni idea de cuánto ha pasado al hombre a lo largo de los últimos varios miles de años, y mucho menos cuántas historias han acontecido en la expansión de este universo. Además, eso se debe a que no pueden apreciar el mundo más asombroso, que induce al miedo, que existe más allá del mundo material, pero que sus ojos mortales les evitan ver. Esto parece incomprensible para el hombre, y se debe a que este no tiene entendimiento del sentido de la salvación de la humanidad por parte de Dios y de Su obra de gestión ni comprende cómo desea Él que sea la humanidad en última instancia. ¿Es una humanidad parecida a Adán y Eva, no corrompida por Satanás? ¡No! La gestión de Dios tiene el fin de ganar a un grupo de personas que adoren a Dios y se sometan a Él. Esta humanidad ha sido corrompida por Satanás, pero ya no lo ve como su padre; reconoce el feo rostro de Satanás, y lo rechaza, y viene delante de Dios para aceptar Su juicio y castigo. Sabe lo que es feo, y cómo contrasta con lo que es santo, y reconoce la grandeza de Dios y la maldad de Satanás. Una humanidad como esta ya no trabajará más para él ni lo adorará, ni lo consagrará. Es porque es un grupo de personas a las que Dios ha ganado de verdad. Este es el sentido de la gestión de la humanidad por parte de Dios.

de ‘El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios creó a la humanidad, la colocó sobre la tierra y la guió hasta el día de hoy. Él después salvó a la humanidad y sirvió como una ofrenda por el pecado para la humanidad. Al final Él aún debe conquistar a la humanidad, salvar por completo a la humanidad y restaurarla a su semejanza original. Esta es la obra a la que Él se ha dedicado desde el principio hasta el final, restaurando al hombre a su imagen original y a su semejanza original. Él establecerá Su reino y restaurará la semejanza original del hombre, lo que significa que restaurará Su autoridad sobre la tierra y restaurará Su autoridad entre toda la creación. El hombre perdió su corazón que teme a Dios después de que Satanás lo corrompió y perdió la función que debería tener una de las criaturas de Dios, convirtiéndose en un enemigo desobediente a Dios. El hombre vivió bajo el campo de acción de Satanás y siguió las órdenes de Satanás; en consecuencia, Dios no tuvo manera de obrar entre Sus criaturas, y menos pudo ganar el temor de Sus criaturas. Dios creó al hombre y este debe adorar a Dios, pero el hombre en realidad le dio la espalda a Dios y adoró a Satanás. Satanás se convirtió en ídolo en el corazón del hombre. De esta manera Dios perdió Su posición en el corazón del hombre, lo que quiere decir que Él perdió la relevancia de Su creación del hombre, y para restaurar la relevancia de Su creación del hombre Él debe restaurar la semejanza original del hombre y desechar del hombre su carácter corrupto. Para rescatar al hombre de Satanás, debe salvar al hombre del pecado. Sólo de esta manera puede poco a poco restaurar la semejanza original del hombre y restaurar la función original del hombre y al final restaurar Su reino. La destrucción final de esos hijos de desobediencia también va a ser llevada a cabo con el fin de permitirle al hombre adorar mejor a Dios y vivir mejor sobre la tierra. Ya que Dios creó al hombre, Él hará que el hombre lo adore; ya que desea restaurar la función original del hombre, la va a restaurar por completo y sin ninguna adulteración. Restaurar Su autoridad quiere decir hacer que el hombre lo adore y hacer que el hombre lo obedezca; quiere decir que Él va a hacer que el hombre viva por Él y que perezcan Sus enemigos debido a Su autoridad; quiere decir que hará que hasta la última parte de Él continúe entre la humanidad sin ninguna resistencia por parte del hombre. El reino que anhela establecer es Su propio reino. La humanidad que espera es una que lo adore y lo obedezca por completo y tenga Su gloria. Si no salva a la humanidad corrupta, la relevancia de Su creación del hombre quedará en nada; no tendrá más autoridad entre los hombres y Su reino ya no será capaz de existir en la tierra. Si no destruye a esos enemigos que le son desobedientes, no podrá obtener toda Su gloria ni tampoco podrá establecer Su reino sobre la tierra. Estos son los símbolos de la terminación de Su obra y los símbolos de la terminación de Su gran logro: destruir completamente a aquellos entre la humanidad que lo desobedecen y llevar al reposo a los que han sido perfeccionados. Cuando la humanidad haya sido restaurada a su semejanza original, cuando la humanidad pueda cumplir sus deberes respectivos, guardar su sitio y obedecer todos los planes de Dios, Dios habrá ganado un grupo de personas sobre la tierra que lo adoran y también habrá establecido un reino sobre la tierra que lo adora. Tendrá una victoria eterna sobre la tierra y aquellos quienes se le oponen perecerán por toda la eternidad. Esto restaurará Su intención original al crear al hombre; restaurará Su intención en crear todas las cosas y también restaurará Su autoridad sobre la tierra, Su autoridad entre todas las cosas y Su autoridad entre Sus enemigos. Estos son los símbolos de Su victoria total. En adelante, la humanidad entrará en el reposo y entrará en una vida que sigue el camino correcto. Dios también entrará en el reposo eterno con el hombre y entrará en una vida eterna que compartirán Dios y el hombre. La inmundicia y la desobediencia sobre la tierra desaparecerán como lo harán los lamentos sobre la tierra. Todo lo que sobre la tierra se opone a Dios no existirá. Sólo Dios y esas personas que Él ha salvado permanecerán; sólo Su creación permanecerá.

de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”

Después de llevar a cabo Sus 6.000 años de trabajo hasta el día de hoy, Dios ya ha revelado muchos de Sus actos, primordialmente para derrotar a Satanás y salvar a toda la humanidad. Él usa esta oportunidad para permitir que todo en el cielo, todo sobre la tierra, todo dentro de los mares, así como hasta la última criatura de la creación de Dios en la tierra, vea la omnipotencia de Dios y vea todos los actos de Dios. Él aprovecha la oportunidad de derrotar a Satanás revelando todos Sus actos a la humanidad y permitiendo que la gente sea capaz de alabarlo y exaltar Su sabiduría al derrotar a Satanás. Todo en la tierra, en el cielo y en los mares lo glorifica, alaba Su omnipotencia, elogia todos Sus actos y grita Su santo nombre. Esta es una prueba de Su derrota de Satanás; es prueba de Su conquista de Satanás; y lo más importante, es la prueba de Su salvación de la humanidad. Toda la creación de Dios lo glorifica, lo alaba por derrotar a Su enemigo y regresar victorioso, y lo alaba como el gran Rey victorioso. Su propósito no es simplemente derrotar a Satanás, y por ello Su obra ha continuado por 6.000 años. Él usa la derrota de Satanás para salvar a la humanidad; Él usa la derrota de Satanás para revelar todos Sus actos y revelar toda Su gloria. Él obtendrá la gloria y toda la multitud de ángeles también verá toda Su gloria. Los mensajeros en el cielo, los humanos sobre la tierra, y toda la creación sobre la tierra, verán la gloria del Creador. Esta es la obra que Él está realizando. Su creación en el cielo y en la tierra entera verá Su gloria, y Él regresará triunfante después de derrotar a Satanás por completo y dejará que la humanidad lo alabe. De esta manera Él conseguirá con éxito estos dos aspectos. Al final toda la humanidad será conquistada por Él, y Él acabará con cualquier persona que se resista o se rebele, es decir, Él eliminará a todos los que pertenecen a Satanás.

de ‘Deberías saber cómo la humanidad completa ha evolucionado hasta el día de hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”

¿Por qué lleva Dios a cabo la obra de salvar a la humanidad?

1. ¿Por qué lleva Dios a cabo la obra de salvar a la humanidad?
Palabras relevantes de Dios:

En el principio Dios estaba reposando. No había seres humanos ni nada más sobre la tierra en aquel entonces y Dios no había hecho ninguna obra. Dios sólo comenzó Su obra de gestión una vez que la humanidad existió y una vez que la humanidad se había corrompido. De este momento en adelante ya no reposó, sino que comenzó a ocuparse entre la humanidad. Debido a la corrupción de la humanidad fue que Dios fue sacado de Su reposo y también fue por la rebelión del arcángel que Dios fue sacado de Su reposo. Si Dios no derrota a Satanás y salva a la humanidad, que se ha corrompido, Dios nunca más podrá entrar en el reposo. Así como al hombre le falta el reposo, a Dios también. Cuando Dios una vez más entre en el reposo, el hombre también entrará en el reposo. Una vida en el reposo es una vida sin guerra, sin inmundicia, sin una persistente injusticia. Es decir, sin el acoso de Satanás (aquí “Satanás” se refiere a las fuerzas hostiles), ni la corrupción de Satanás, así como la invasión de cualquier fuerza que se oponga a Dios. Todos siguen a los de su propia especie y adoran al Señor de la creación. El cielo y la tierra están completamente tranquilos. Esta es la vida apacible de la humanidad. Cuando Dios entre en el reposo, ya no seguirá más la injusticia sobre la tierra y ya no habrá más invasión de ninguna fuerza hostil. La humanidad también entrará en un nuevo reino; no será más una humanidad corrompida por Satanás, sino una humanidad que ha sido salvada después de haber sido corrompida por Satanás. El día de reposo de la humanidad también es el día de reposo de Dios. Dios perdió Su reposo debido a la incapacidad de la humanidad de entrar en el reposo; no fue que al principio Dios fuese incapaz de reposar.

de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”

Estos son los hechos: cuando aún no existía la tierra, el arcángel era el más grande de los ángeles del cielo. Tenía jurisdicción sobre todos los ángeles en el cielo; esta era la autoridad que Dios le concedió. A excepción de Dios, él era el más grande de los ángeles del cielo. Más tarde, cuando Dios creó a la humanidad, el arcángel llevó a cabo una mayor traición hacia Dios sobre la tierra. Digo que traicionó a Dios, porque quiso gestionar a la humanidad y sobrepasar la autoridad de Dios. Fue el arcángel el que tentó a Eva a pecar; lo hizo porque deseaba establecer su reino en la tierra y hacer que la humanidad traicionara a Dios, y lo obedeciera a este en su lugar. El arcángel vio que había muchas cosas que lo obedecían; los ángeles lo obedecían, al igual que las personas sobre la tierra. Los pájaros y animales, árboles, bosques, montañas, ríos y todas las cosas sobre la tierra estaban bajo el cuidado del hombre —es decir, Adán y Eva— mientras que Adán y Eva lo obedecían. Así, el arcángel deseaba superar la autoridad de Dios y traicionar a Dios. Posteriormente llevó a muchos ángeles a traicionar a Dios, que luego se convirtieron en varios espíritus impuros. ¿Acaso el desarrollo de la humanidad hasta el día de hoy no ha sido causado por la corrupción del arcángel? La humanidad es hoy día como es, sólo debido a que el arcángel traicionó a Dios y corrompió a la humanidad. […] La humanidad y todas las cosas sobre la tierra están ahora bajo el campo de acción de Satanás y bajo el campo de acción de los malvados. Dios quiere revelar Sus actos a todas las cosas para que la gente lo conozca, y con ello vencer a Satanás y derrotar totalmente a Sus enemigos. La totalidad de este trabajo se logra por medio de la revelación de Sus actos. Todas Sus criaturas están bajo el campo de acción de Satanás, y por ende Él desea revelar Su omnipotencia a ellos, derrotando con ello a Satanás. Si no existiera Satanás, Él no necesitaría revelar Sus actos. Si no fuera por el acoso de Satanás, Él habría creado a la humanidad, y los guiaría a vivir en el jardín del Edén. ¿Por qué Él nunca reveló todos Sus actos a los ángeles o al arcángel antes de la traición de Satanás? Si los ángeles y el arcángel lo hubiesen conocido, y también lo hubiesen obedecido desde el principio, entonces Él no hubiese llevado a cabo esos actos de trabajo sin sentido. Debido a la existencia de Satanás y los demonios, la gente se resiste a Él y están llenos hasta el tope de un carácter rebelde, y por eso Dios quiere revelar Sus actos. Debido a que Él desea hacer la guerra a Satanás, Él tiene que usar Su propia autoridad para derrotar a Satanás y utilizar todos Sus actos para derrotar a Satanás; de esta manera, Su obra de salvación que Él desempeña entre la humanidad, permitirá que la gente vea Su sabiduría y omnipotencia.

de ‘Deberías saber cómo la humanidad completa ha evolucionado hasta el día de hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”

La humanidad, pisoteada bajo los pies de Satanás desde hace mucho tiempo, ha estado actuando a la imagen de Satanás, y hasta lo ha personificado. Ellos son la evidencia de ser testigos, altos y claros, de Satanás. Tal humanidad, tal escoria, o tal fruto de esta familia humana corrupta, ¿cómo podría dar testimonio de Dios? ¿De dónde surge Mi gloria? ¿Dónde está Mi testigo? El enemigo que está en Mi contra y corrompe a la humanidad ya ha manchado a la humanidad, a Mi creación, desbordante de Mi gloria y Mi vivir. Se ha robado Mi gloria, y lo que él ha impregnado en el hombre no es más que veneno fuertemente mezclado con la fealdad de Satanás, y con el jugo del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. En el principio, Yo creé la humanidad, es decir, creé al antepasado de la humanidad, Adán. Él era tangible y bien formado, rebosante de vida, lleno de vitalidad, y, lo que es más, gozaba de la compañía de Mi gloria. Cuando creé al hombre, ese fue un día glorioso. Seguidamente, Eva fue creada del cuerpo de Adán, también un antepasado del hombre, y así el pueblo de Mi creación se llenó con Mi aliento y rebosaba de Mi gloria. Adán fue creado originalmente por Mi mano y era la representación de Mi imagen. Así, el significado original de “Adán” fue el ser Mi creación impregnada de Mi vitalidad, imbuido de Mi gloria, tangible y en buena forma, con espíritu y aliento. Él fue la única creación dotada de un espíritu que podía representarme, tener Mi imagen y recibir Mi aliento. En el principio, Eva fue la segunda persona dotada de aliento y cuya creación Yo dispuse, por lo que el significado original de “Eva” fue el ser una creación que continuara con Mi gloria, llena de Mi vitalidad y, además, dotada de Mi gloria. Eva salió de Adán, así que ella también era de Mi imagen, porque ella fue la segunda persona creada a Mi imagen. El significado original de “Eva” fue ser un ser viviente, dotado de espíritu, con existencia de carne y hueso, ser Mi segundo testimonio, así como Mi segunda imagen en la humanidad. Ellos fueron los antepasados de la humanidad, su tesoro más puro y preciado, y originalmente seres vivos con un espíritu. Sin embargo, el maligno pisoteó y saqueó la descendencia de los antepasados de la humanidad, enclaustrando al mundo humano en completa oscuridad, de manera tal que esta progenie ya no cree en Mi existencia. Lo que es aún más detestable es que, al mismo tiempo en que el maligno corrompe y pisotea a la gente, con crueldad arrebata Mi gloria, Mi testimonio, la vitalidad con la que he dotado a las personas, el aliento y la vida que soplé en ellos, toda Mi gloria en el mundo humano, y todo el arduo esfuerzo que Yo he invertido en la humanidad. La humanidad ya no está en la luz, y ha perdido todo lo que le he otorgado, desechando la gloria que le había concedido. ¿Cómo podrían ellos confesar jamás que Yo soy el Señor de la creación? ¿Cómo podrían creer en Mi existencia en el cielo? ¿Cómo podrían descubrir la manifestación de Mi gloria en la tierra? ¿Cómo podrían estos nietos y nietas recibir al Dios venerado como Señor de Su creación por sus propios ancestros? Estos lastimosos nietos y nietas han “presentado” generosamente al maligno, la gloria, la imagen, y también el testimonio que Yo había conferido a Adán y a Eva, y además la vida otorgada a la humanidad de la que ellos dependen, sin importarles en lo más mínimo la presencia del maligno, y dándole a él toda Mi gloria. ¿Acaso no es este el origen del título “escoria”? ¿Cómo podría tal humanidad, tales demonios malignos, tales cadáveres ambulantes, tales personajes de Satanás, tales enemigos míos, obtener Mi gloria? Voy a recobrar Mi gloria, a recobrar Mi testimonio entre los hombres y todo lo que una vez me perteneció, que Yo di a la humanidad hace largo tiempo, voy a reconquistar por completo a la humanidad. Sin embargo, debes saber que los seres humanos que Yo creé fueron hombres santos con Mi imagen y con Mi gloria. No provinieron originalmente de Satanás, ni estaban sometidos a sus abusos, sino que eran puramente Mi manifestación, sin el menor rastro de su veneno. Por tanto, quiero dejar claro a todos que sólo deseo lo que fue creado por Mi mano, Mis puros y amados que nunca pertenecieron a ninguna otra entidad. Más aún, voy a disfrutar de ellos y verlos como Mi gloria. Sin embargo, lo que Yo quiero no es la humanidad corrompida por Satanás, que hoy en día pertenece a Satanás, y que ya no es Mi creación original. Porque Mi intención es recuperar Mi gloria que existe en el mundo humano, voy a obtener completa victoria sobre los restantes sobrevivientes de la humanidad, como prueba de Mi gloria en Mi victoria sobre Satanás. Sólo me apodero de Mi testimonio como una cristalización de Mí mismo, como el objeto de Mi gozo. Esta es Mi voluntad.

de ‘Qué significa ser un hombre de verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”

Cuando el Señor Jesús vivió con la humanidad, vio a campesinos cuidando sus campos, sabía lo que eran la cizaña y la levadura; entendió que los humanos aman los tesoros, por lo que usó las metáforas del tesoro escondido y la perla; con frecuencia vio a pescadores echando sus redes; etc. El Señor Jesús observó estas actividades en las vidas de los hombres, y también experimentó ese tipo de vida. Él fue igual que cualquier otra persona normal, comía tres veces al día y seguía las rutinas cotidianas de los seres humanos. Experimentó personalmente la vida de una persona corriente, y fue testigo de la vida de otros. Cuando presenció y experimentó todo esto en persona, no pensó en cómo tener una buena vida o vivir con mayor libertad y comodidad. Cuando estuvo experimentando una vida humana auténtica, el Señor Jesús vio las dificultades en la vida de las personas, el sufrimiento, el infortunio, y la tristeza de las personas bajo la corrupción de Satanás, existiendo bajo su campo de acción, y en pecado. Mientras experimentaba personalmente la vida humana, también comprobó cuán desamparadas estaban las personas que vivían en medio de la corrupción, y vio y experimentó la desgracia de quienes vivían en pecado, los que estaban perdidos en la tortura de Satanás, del mal. […] Aunque Él mismo sabía que la responsabilidad que debía asumir en la carne era inmensa, y lo cruel que sería el dolor que afrontaría, cuando vio a la humanidad desamparada en el pecado, el infortunio de sus vidas y sus luchas ineficaces bajo la ley, sintió cada vez mayor tristeza, y más inquietud por salvar a la humanidad del pecado. Independientemente del tipo de dificultades que afrontaría o del dolor que sufriría, estuvo cada vez más decidido a redimir a la humanidad que vivía en pecado. Durante este proceso, se podría decir que el Señor Jesús comenzó a entender con mayor claridad la obra que necesitaba hacer y lo que se le había encomendado. También se sintió cada vez más deseoso de completar la obra que debía acometer: cargar con todos los pecados de la humanidad, hacer expiación por ella para que no viviera más en pecado y que Dios fuera capaz de olvidar los pecados del hombre, gracias a la ofrenda por el pecado, permitiéndole impulsar Su obra de salvar a la humanidad. Se podría decir que, en Su corazón, el Señor Jesús estaba dispuesto a ofrecerse por la humanidad, a sacrificarse. También lo estaba a actuar como ofrenda por el pecado, a ser clavado en la cruz, y estaba ansioso por completar esta obra. Cuando vio las condiciones miserables de las vidas humanas, todavía quiso cumplir Su misión a la mayor rapidez posible, sin el retraso de un solo minuto o segundo. Cuando tuvo ese sentimiento de urgencia, no estaba pensando en lo grande que sería Su dolor ni en cuanta humillación tendría que soportar; sólo tenía una convicción en Su corazón: mientras Él se ofreciera, mientras fuera clavado en la cruz como ofrenda por el pecado, la voluntad de Dios se llevaría a cabo y Él podría comenzar una nueva obra. La vida de la humanidad y su estado de existencia en el pecado, cambiarían por completo. Su convicción y lo que estaba decidido a hacer guardaban relación con salvar al hombre, y sólo tenía un objetivo: llevar a cabo la voluntad de Dios, de manera que pudiese iniciar, con éxito, la siguiente etapa en Su obra. Esto es lo que había en la mente del Señor Jesús en aquella época.

de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III’ en “La Palabra manifestada en carne”

Una vez acabada la obra de la conquista, el hombre será llevado a un mundo hermoso. Esta vida será, por supuesto, todavía en la tierra, pero será totalmente distinta a la vida del hombre hoy. Es la vida que la humanidad tendrá después de que toda la humanidad haya sido conquistada, será un nuevo comienzo para el hombre en la tierra; tener este tipo de vida será la prueba para la humanidad de que ha entrado en una esfera nueva y hermosa. Será el principio de la vida del hombre con Dios sobre la tierra. La premisa de una vida tan bella debe ser que, después de que el hombre haya sido purificado y conquistado, se somete delante del Creador. Así, la obra de conquista es la última etapa de la obra de Dios antes de que la humanidad entre en el maravilloso destino. Semejante vida es la vida futura del hombre en la tierra; es la vida más hermosa sobre la tierra, el tipo de vida que el hombre anhela, la que nunca antes alcanzó en la historia del mundo. Es el resultado final de la obra de gestión de los 6.000 años, es aquello que más anhela la humanidad, y también es Su promesa al hombre. Pero esta no puede cumplirse de inmediato: el hombre entrará en el destino futuro sólo cuando la obra de los últimos días haya acabado y él haya sido conquistado por completo; es decir, una vez que Satanás haya sido derrotado por completo. El hombre no tendrá una naturaleza pecaminosa después de haber sido refinado, porque Dios habrá derrotado a Satanás, lo que significa que no habrá usurpación por parte de fuerzas hostiles, y que ninguna de estas puede atacar la carne del hombre. Por tanto, este será libre y santo; habrá entrado en la eternidad. Sólo si las fuerzas hostiles de oscuridad están atadas, será el hombre libre dondequiera que vaya y sin rebeldía ni oposición. Tan sólo hay que atar a Satanás para que el hombre esté bien; hoy no lo está, porque[a] Satanás sigue provocando problemas por todas partes en la tierra, y porque toda la obra de gestión de Dios tiene que llegar aún a su fin. Una vez derrotado Satanás, el hombre será liberado por completo; cuando el hombre gane a Dios y salga de debajo del campo de acción de Satanás, contemplará el Sol de justicia. […] De esta forma, cuando ya no haya interrupción por parte de Satanás, Dios mismo controlará a la humanidad y Él mandará y controlará toda la vida del hombre; sólo esto contará como derrota de Satanás. La vida del hombre hoy es mayormente una vida de suciedad, sigue siendo una vida de sufrimiento y aflicción. A esto no se le podría llamar derrota de Satanás; el hombre tiene que escapar aún del mar de aflicción, de la dificultad de la vida humana o de la influencia de Satanás, y su conocimiento de Dios sigue siendo infinitesimal. Toda la dificultad del hombre fue creada por Satanás; fue él quien trajo los sufrimientos a la vida del hombre y sólo cuando sea atado, podrá el hombre ser capaz de escapar por completo del mar de aflicción. Con todo, que Satanás sea atado es algo que se logra conquistando y ganando el corazón del hombre, convirtiendo a este en los despojos de la batalla con Satanás. […] En ese tiempo, el hombre habrá ganado una vida iluminada por Dios, una vida bajo el cuidado y la protección de Dios, y una vida junto con Dios. La humanidad llevará una vida normal sobre la tierra, y toda ella entrará en la senda correcta. El plan de gestión de 6.000 años habrá derrotado por completo a Satanás, lo que significa que Dios habrá recuperado la imagen original que el hombre tenía después de ser creado y, como tal, se habrá cumplido Su intención primera.

de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en “La Palabra manifestada en carne”

Reflexión cristiana | "El Señor está llamando" ¿Has recibido al Señor? | Sketch (Español Latino)



Reflexión cristiana | "El Señor está llamando" ¿Has recibido al Señor? | Sketch (Español Latino)


El sketch El Señor está llamando explica cómo el Señor, con Sus palabras, llama a la puerta de nuestro corazón en los últimos días, y que las vírgenes prudentes oyen la voz de Dios y celebran con el Cordero. El pastor Chang Shoudao siempre ha esperado el regreso del Señor, pero cuando el hermano Zhen le da testimonio de que el Señor ya ha regresado, se obstina en aferrarse a sus nociones y fantasías, creyendo que el Señor regresará sobre una nube y manteniendo la puerta de su corazón cerrada al camino verdadero. En esta ocasión, no obstante, el hermano Zhen habla con él de pasajes de la Escritura relativos al regreso del Señor y Chang descubre que la Biblia contiene algunas profecías de que, en los últimos días, el Señor regresará encarnado en secreto para pronunciar nuevas palabras y purificar al hombre, y que sólo después aparecerá en público para premiar el bien y castigar el mal. Al mismo tiempo, llega a comprender el verdadero sentido de que el Señor llame a nuestra puerta y que la clave para recibir Su regreso es que oigamos la voz de Dios. Cuando por fin oye la voz de Dios en la palabra de Dios Todopoderoso, abre la puerta de su corazón y recibe el regreso del Señor.